Ep.48 – ¿Quién cierra el Reino de los Cielos?

¿Qué hace que una persona sea fría en su relación con Dios, resistente a la Verdad? ¿Qué sucede dentro de ella? Estamos en este mundo, y hay muchas cosas que pueden ir en nuestra contra, pero en esos momentos, ¿Cómo reaccionamos?

Eso es lo que me gustaría que observaras, porque la Biblia, el Señor Jesús, habla de aquellos que fueron fríos en su relación con Dios, pero eran fríos siendo religiosos. Imagina ser religioso, leer la Biblia, ir al templo, seguir ciertas normas, algunas cosas y otras no, ¿por qué actuar así? Jesús dice lo siguiente:

«Pero el mayor de vosotros será vuestro servidor. Y cualquiera que se ensalce, será humillado, y cualquiera que se humille, será ensalzado.» Mateo 23:11-12

Mira que el Reino de los Cielos es totalmente opuesto al reino de este mundo.

Las personas que quieren ser grandes en esta tierra no sirven, mandan, ¿no es así?

Y el que quiere ser exaltado, humilla. Eso es lo que sucede en nuestro reino, ¿no es verdad? ¡Pero Jesús dice todo lo contrario!

La cuestión es que aquellos que son fríos en su relación con el prójimo y, principalmente, con Dios, es porque no quieren servir, no quieren humillarse. Una cosa es que alguien me humille, otra cosa es que yo me humille.

Y el Señor Jesús estaba hablando a un determinado grupo, que tenía mucha dificultad con las verdades que Él estaba diciendo, y Jesús fue específico y habló directamente:

«Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que están entrando.» Mateo 23:13

Esos escribas y fariseos hipócritas eran pésimos ejemplos y además hacían que otras personas no quisieran entrar al Reino de los Cielos, porque ellos también robaban, engañaban, adulteraban, hacían lo que estaba mal. También hacían ciertas cosas religiosas, pero no lo hacían con sinceridad.

Un religioso es aquel que solo cumple la letra, es como estudiar en la escuela para pasar el examen, pero no para aprender. Entonces, los religiosos, los escribas y fariseos hipócritas cerraban las puertas del Reino de los Cielos, porque eran un obstáculo. En vez de hacer que las personas buscaran a Dios, por su causa, se alejaban aún más de Dios.

Al final, supuestamente, estaban en una posición de honor, deberían ser una referencia, pero eran un mal testimonio. ¡Es muy triste!

Cada vez que sientes ganas de que los demás te sirvan, te honren, estás siendo puesto a prueba para hacerte como los escribas y fariseos, ¿sabías eso? Porque cuando somos tentados a ser servidos y honrados, buscamos nuestra propia gloria. Y cuando eso pasa, no servimos, no nos humillamos, no nos colocamos en nuestro lugar.

Y ahí entra la cuestión de los hipócritas, los religiosos, los escribas y fariseos que cerraban a los hombres el Reino de los Cielos, y no entraban ni dejaban a otros entrar.

A veces, es algo sutil, muy pequeño, una verdad que oíste, que era exactamente eso lo que mantenía a los hipócritas, escribas y fariseos a la defensiva, deseando vengarse, con ganas de proyectar la muerte, la prisión del Señor Jesús, porque estaban incomodados con la verdad.

Y la pregunta es: ¿te has incomodado con la verdad? Porque cuando la verdad está a tu favor, para honrarte, para que otros hagan por ti, entonces es una cosa. Pero, ¿y cuando esa verdad muestra que tienes que cambiar? ¿Y cuándo esa verdad muestra que estás mal? ¿Que tienes que ser humilde?

Ahí es donde entra la cuestión de quién es quién. Quién realmente quiere honrar a Dios, quién realmente valora la verdad. Porque la Verdad es Dios.

¿Vas a ser uno de esos escribas y fariseos hipócritas? Porque ellos tenían conocimiento, estaban activos en el templo, pero no aceptaban la verdad para cambiar, querían seguir igual.

La verdad no tiene rodeos, es directa. Y aceptamos esa verdad porque es Jesús. Y fue la verdad la que me liberó de mis propios engaños.

La opción es tuya, y estás teniendo la oportunidad. El tiempo pasa, ¿y tú qué vas a hacer? ¿Vas a ser uno de esos hipócritas que resistían? Porque ellos también tenían tiempo, y resistían, resistían, resistían, y no fueron salvos. ¡Piensa en eso!