¿Con quién abrirse?

Hoy en día pocas familias han tenido diálogo, por lo que la confianza en el núcleo familiar ha perdido su valor, día tras día.

Los hijos ya no confían en abrirse con los padres, en contar sus problemas, sus dificultades, lo que pasan en la escuela, en el trabajo, con los amigos y principalmente, en el noviazgo.

Entonces, buscan ese apoyo en personas y ambientes equivocados. Se involucran en la noche, conocen las drogas, amistades equivocadas, etc.

Los padres, a su vez, intentan revertir esa situación a través de la fuerza física, clínicas de recuperación, psicólogos o llegando a niveles extremos, como agredirlos, encerrarlos en una habitación, llevarlos a instituciones o privarlos de muchas cosas.

En tu opinión ¿esto resuelve el problema?

Yo digo que no, y ¡hablo por propia experiencia! Mi madre no sabía qué hacer conmigo. Debido a mis actitudes de rebeldía y violencia me internó en un instituto religioso y me aisló de todo y todos, intentando resolver la situación. ¡No se resolvió nada! Por lo contrario, fue peor, porque acumulé más rebeldía.

Yo no necesitaba muchas cosas, solamente un poco de atención y dialogo con mis padres. Solo eso podría haber evitado muchas decepciones.

No considero que sea culpa de los padres; los jóvenes también pueden – y deben – esforzarse para comprendernos mejor.

Ellos no tienen la misma cabeza que la tuya, por eso van a querer hacerlo a la manera que ellos piensan.

Cuando existe esa comprensión de ambas partes, muchos problemas son evitados y, con certeza, otros son superados.

Hoy entiendo perfectamente lo que una joven piensa, siente y hace, y por qué motivo lo hace.

Tengo una hija que está pasando por la fase de la adolescencia y procuro siempre mantener un dialogo abierto con ella. Y eso ha traído excelentes resultados.

Joven, deja de culpar a tus padres por todo lo malo que ocurre en tu vida.

Procura conversar y abrirte; muestra que estás dispuesto a oír y a mejorar tu desempeño como hijo o hija.

Y tú, que eres padre o madre, no ignores ese pedido. Escucha, conversa, ayuda, porque con seguridad habrá un excelente ambiente familiar dentro de tu casa.

¡Un abrazo!