Ep.81 – ¿Cuándo estoy preparado?

Ep.81 – ¿Cuándo estoy preparado?

En nuestro reino, normalmente tenemos muchas cosas pendientes, ¿no es así? Tenemos el trabajo, la responsabilidad en casa, la familia…, pero ¿Cuándo estamos listos? ¡Qué pregunta! Es que en nuestra cabeza, el deseo de alcanzar ciertas cosas es grande, pero ¿Cuándo estamos listos para lo que tanto queremos?

Primero, necesitas tener conciencia de que tienes un alma, y esa alma establece prioridades, es decir, cosas que están por encima de cualquier otra cosa. De repente, estás pensando en casarte, en salir con alguien, en conocer a otra persona, estás planeando tu futuro con tu carrera, con tus estudios, con tu trabajo, puedes estar involucrándote en muchas cosas, pero ¿Estás preparado para lo que vendrá?

El Señor Jesús dice algo muy importante:

«Estad siempre preparados y mantened las lámparas encendidas,» Lucas 12:35

Los lomos son la parte del cuello hasta la cadera, entonces, es algo fundamental, donde está nuestra columna y nuestros órganos vitales. Cuando la Biblia habla de ceñir los lomos es para que estemos conscientes de nuestra postura, es decir, conscientes de nuestra alma, de la parte fundamental de nuestra vida.

Y encendidas las lamparas, es decir, en alerta, perceptible, no solo consciente de que necesitas tener una postura con tu alma, sino también atento a tus inclinaciones, a lo que está pasando dentro de ti.

Cuando estás atento, cuando estás encendido, es cuando está actuando tu fe. Esta fe encendida requiere un ejercicio, no vas a tener fe de la nada, sin conciencia, pero cuando estás ceñido, consciente y manifestando tu fe, entonces estás preparado. ¡Te estás preparando para lo que es más importante!

«y sed semejantes a hombres que esperan a su señor que regresa de las bodas, para abrirle tan pronto como llegue y llame.» Lucas 12:36

La fe exige de nosotros la percepción para entender cuándo estamos actuando en la normalidad y necesitamos actuar en fe, la fe que teme a Dios y que quiere agradar a Dios.

Cuando estás consciente y actuando tu fe, estás siendo como esos hombres que esperan a su señor, que es Dios, el Señor Jesús. Y así, cuando Él vuelva y llame, puedas abrirle de inmediato.

Ahora bien, ¿Cuántas personas están desatentas a la voz de Dios? ¿Cuántas veces están tan centradas en su voluntad, en sus planes personales, que no observan al Señor Jesús llamando a la puerta? Muchos están desatentos y por eso no abren de inmediato.

«Dichosos aquellos siervos a quienes el señor, al venir, halle velando; en verdad os digo que se ceñirá para servir, y los sentará a la mesa, y acercándose, les servirá.» Lucas 12:37

Si no estás velando por lo que tienes de más valor, que es tu alma, entonces no abrirás de inmediato tu puerta, y no serás feliz, porque cuando el Señor venga, de repente, porque Él vendrá como un ladrón, nadie sabe el día ni la hora, pero cuando venga y te encuentre velando, te hará sentar a la mesa y te servirá. ¡Qué privilegio! ¿Verdad?

Pero pregunto: ¿Estás en esa vigilancia, esperando a tu Señor o estás esperando por otra cosa?

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