3º Día del Ayuno

Hola, una vez más. Este es el tercer día del Ayuno de Daniel. …

Y tengo la certeza que para ti, que tienes “sed”, será diferente y renovador. Porque cuando ardientemente Lo deseas, y revelas esa “aflicción”, ¡todo es diferente!

Para los que no revelan esa “sed” serán apenas días iguales que los otros…

Cuando estás sensible a la voz de Dios, “abatida”, por la falta del Espíritu Santo, como hablábamos el primer día, Dios está con los “abatidos” de espíritu, precisamente porque estos están sensibles y sedientos. Porque son humildes, de corazón abierto y dispuestos a oír.

“Refirió también esta parábola a unos que confiaban en sí mismos como justos, y despreciaban a los demás:
Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo y el otro recaudador de impuestos. El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: «Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos. «Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano. Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: «Dios, ten piedad de mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado pero aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado.” (Lc.18:9-14)

Todos los que confían en sí mismos y se consideran más justos que los demás, oran de forma contraria a la humildad y a la sinceridad, y, comparándose, se exaltan delante de los otros.

Debemos prestar atención, ya que no somos perfectos, y podemos cometer este error. Y ¿quién está sujeto a hacerlo, sino aquellos que están dentro de la Iglesia? Son estos aptos a volverse “fariseos”, alegando que “no es necesario”… Que no harán de la forma que ha sido enseñada, porque no son “malos”, comparecen en la Iglesia los miércoles y Domingos, las vigilias. Critican y se comparan con quien no lo hace… Se creen mejores y viven engañados.

Todo ser humano siente, y cuando es así, se dice a sí mismo: “Yo no soy como aquel; yo no hago aquellas cosas…” . Puede hasta afirmarlo en oración, pero en su interior nutre sentimientos que lo apartan de Dios.

Interesante que el publicano, ni se atrevía a levantar los ojos.

Cuando estamos, de hecho, necesitados a reparar nuestros propios errores y fallos, no existe término de comparación. Pero cuando nos tenemos como justos, “descendemos” injustificados del Altar…

Amiga, ¿por qué aún no has sido bautizada con el Espíritu Santo?

Porque entraste y saliste de la misma forma de la presencia de Dios. No actuaste como el “publicano”, con el objetivo de cambiar para ti misma, porque odias tu pecado y no toleras tus errores.

Encima dices: “Todas las personas se equivocan” Y así, vas nutriendo el pecado, apaciguándolo, y permitiendo que este permanezca en tu interior.

No se puede ser humilde sin enfrentarse al problema, sin resolver la cuestión. Y cuando estás definida, no lo pospones, no mientes, no engañas, sino que expones lo que está ocurriendo.

Se sincera, ves decidida a la Iglesia… Busca en casa, donde estés, define el objetivo de hablar directamente sobre está cuestión, con Dios, en oración. Persigue tu meta, porque no puedes entrar en estos 21 Días, sin ser justificada y bautizada con el Espíritu Santo.

Y quien ya lo es, tiene que salir renovada, dejar la vida vieja y experiencias antiguas, yendo hacia el cambio de vida, de visión, de actitud, que cubran tus pensamientos, ideas, objetivos.

¡Haz lo que tiene que ser hecho y ves más allá!

Deja aquí tu comentario y dinos como están siendo estos 21 Días.

¡Un gran abrazo!