36º Día | Ser el Testimonio

36º Día | Ser el Testimonio

20 de Febrero | Lunes | Juan 13:6-11

«…Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después. Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza. Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos. Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos…»

¿Qué debes hacer antes de oír el audio? Clicka aquí

Hola a todos los internautas, es un placer estar hoy aquí y me gustaría empezar a hacer algo diferente: Leer el comentario que una internauta escribió el jueves.

El comentario es de Benedicta Da Silva Pereira

‘’Buenos días Sra. Viviane, estas palabras fueron dirigidas para mí. Pues estoy pasando un momento difícil de injusticia y me está matando por dentro… hablé con una persona, que ese es el mayor dolor, el dolor de la injusticia. He orado a Dios, he luchado, está siendo muy fuerte…’’
No voy a leer el restante para hablar al respecto de ese comentario de Benedicta y me gustaría dirigirme a todos los internautas hoy, pues lo que vamos a leer va a encajar perfectamente en su duda, Benedicta, porque por más que tu hayas pasado por una injusticia, yo también ya me sentí víctima de injusticia, pero es comprensible cuando tú entiendes a la otra persona.

Vamos a leer Juan 13:6 – 11. Dice así:

“…Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después. Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza. Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos. Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos…”

Yo voy a verificar versículo por versículo, pues hay muchas cosas que me gustaría hablar con vosotras.
El primer versículo dice así:

“…Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?…”

Pedro, obviamente, no se sentía digno de que el Señor Jesús le lave los pies, porque con certeza él no Lo servía como Jesús lo servía.

Jesús lavó justamente la parte más sucia, que estaba expuesta, que serían los pies, dando así una lección de humildad.
En aquella época, ustedes saben que no existía zapatos, sino sandalias y tampoco existía asfalto, sino, tierra. Entonces los pies estaban muy sucios. Hoy mismo, andando en la calle, tú vas para casa con los pies todos sucios si vas de sandalias.

Y yo veo, amiga internauta, que esa parte más sucia es porque, muchas veces, sin darnos cuenta, inconscientes, actuamos de una forma errada, sucia, pero inconscientemente. Por ejemplo, yo estaba hablando sobre el orgullo que yo había encontrado en mí, y yo estaba inconscientemente de aquella forma que estaba actuando; yo no lo sabía. Hasta que busqué…

Entonces, hay cosas que hacemos de una forma errada, de las cuales no somos conscientes y Jesús lavó los pies de los discípulos justamente porque ellos tampoco estaban conscientes de ciertos errores, incluso Pedro. Vamos a acompañar los siguientes versículos:

«Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.»

Entonces, hay muchas cosas que Dios hace por nosotros que no entendemos, con el hecho de que Él nos sirve. Es como yo estaba hablando: ¿cuantas veces erramos, inconscientemente, e Él incluso nos usó sobremanera? ¿Cómo es posible?
Él me usó y aun así yo estaba errando, inconscientemente… No lo hice a propósito, porque ciertamente, si yo lo supiera, yo no cometería aquel error; no estaría actuando de aquella manera. Por eso los discípulos no podían entender ese acto del Señor Jesús, de lavar sus pies, y así tampoco nosotros entendemos.

Y muchas personas que están leyendo ahora, a veces piensan así: ‘’Yo no me siento digna, yo me siento indigna de que Jesús me usó para ayudar a fulana y ciclana, y yo era orgullosa, era así, era asado, etc.’’ Solo que, mis amigas internautas, Jesús sabe cuándo tu erras conscientemente y cuando te equivocas inconscientemente. Después, tú vas a entender el acto del Señor Jesús, de haber esperado a que tú entiendas, de buscar, etc., tú vas a entender eso más adelante, ya voy a hablar más al respecto de eso.

Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás.

¿Ves? Aquel que no sirve, no entiende el hecho de que servir sea una honra para quien sirve. Es decir, Pedro pensaba que el hecho de que Jesús estaba lavando los pies, lo estaba humillando, que Jesús estaba interiorizándose por lavar los pies de él; no lo conseguía entender, pero para el Señor Jesús era una honra, ¿Lindo? Él es muy lindo. El cree, Él ve como una honra servirnos. Y antes, muchas veces yo hasta pensé así: ‘’¿Cómo me puede usar Jesús? ¿Cómo Jesús permitió que yo esté en la condición que yo estaba? ¿Cómo? Si yo no lo merezco, si yo actué de una forma errada’’
Jesús sabía que yo no hacía aquello consciente. Jesús sabía que cuando yo descubriese la verdad, yo cambiaría. Y muchas cosas, amiga internauta, tú no sabes, y cuando lo descubras, vas a decir ‘’Wow, ¿qué amor es este? Que paciencia Jesús tuvo conmigo. Como el invirtió en mí, ¡cuán grande es Su misericordia!’’ Naturalmente lo estabas alabando.. Interesante, ¿no?

«Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo»

Tener parte con Dios, es simplemente que Él participe en nuestras vidas, aunque no lo merezcamos. A través de Su misericordia, paciencia, amor incondicional, somos tocados de forma que tenemos parte con Él. Pero para Él mostrar su grandeza y gloria, Él tiene que servirme, perdonando, amando, ¡invirtiendo en nosotros! ¿No es lindo?
Es decir que cuando tú tienes un problema con otra persona, y no pides perdón, no lavas sus pies, porque a veces ella caminó de una forma errada, inconscientemente; ella está defendiendo sus errores, como tú también lo hiciste, errar sin darse cuenta que estaba errando. Y cuando Jesús te hizo ver y tú lo admiras de forma de que Él te trató, así también Él puede participar de tu vida y tú tener parte con Él.
Lo mismo pasa con la persona con quien, a veces, tienes muchas dificultades. Por ejemplo, como en el caso de Benedicta, diciendo que está pasando por un dolor muy cruel de injusticia. Si ella hace su parte, por más que la otra persona no quiera hacer su parte, será libre del peso que Benedicta cuenta aquí… El peso de la injusticia, del dolor, del sentimiento.
Es decir, cuando más tú nutres tus sentimientos, más pesada te vuelves, así como que más triste y frustrada. Ahora, cuando tú sirves, cuando pides perdón, cuando tienes paciencia, cuando respetas a la otra persona, entonces, en realidad, estás haciendo lo mismo que el Señor Jesús hizo por ti, aunque ella no lo acepte, así como tú no aceptabas antes. Un día aquella persona va a caer en si… y va a ver
No sé si te acuerdas, pero hay un pasaje bíblico que habla sobre brasas vivas:

“…Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza…” Romanos 12:20

Es decir, cuando yo hago mi parte, yo tengo ofrenda viva, yo no le digo a Dios ¡¡Ah Jesús, está muy difícil!! Yo no exprimo apenas mi dolor, yo obedezco a lo que Él me enseñó. Puedes ver, que cuando obedeces, que leve te sientes.

«Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.»

Pedro no entendió. Ahora él quería que Jesús le lave todo. Pedro actuó en la emoción, a veces ese es tu caso: alguien te va a decir algo, y tú, sin entender nada, ya le respondes. La fe emotiva es así, ella tiene las respuestas en la punta de la lengua, no analiza. Pedro actuó con emoción y no con la cabeza, ahora él quería tener parte con Jesús, pero sin pensar. Si fuese necesario que Jesús lo lavase entero, Él lo haría y Pedro no necesitaría pedírselo. Es decir, Pedro no se colocó en su lugar. Quería que Jesús lo hiciera de aquella forma que él veía mejor. Y a veces es nuestro caso ¿O no? Queremos que Jesús hago todo de la manera que nosotros pensamos que es mejor, pero Él hace lo mejor, somos nosotros que no sabemos que lo que Él hace es lo mejor.

Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.

Observa la paciencia de Jesús, mira como Él miraba a los discípulos, cuya mayoría estaban limpios. Pedro no visualizaba su fe emotiva, pero había una sinceridad de Servir al Señor Jesús, el no miraba para tu necesidad familiar, porque él tenía suegra, ¿Te acuerdas? Pues sí, Jesús ve que muchos están ciegos inconscientemente y Él espera con paciencia por aquellos que Lo buscan sinceramente, y aquellos que lo buscan, lo encuentran. Aquellos discípulos estaban limpios, porque estaban limpios por la palabra que Jesús había dado, es decir, ellos habían aceptado, solo que, a veces, muchos de nosotros, estamos oyendo la palabra de Dios y pensando que estamos aceptando, solo que no nos damos cuenta que tenemos un problema, más tarde nos vamos a dar cuenta y ver, que en el momento, estábamos realmente ciegos.

«Porque sabía quién le iba a entregar.»

Por eso dijo: «… Ni todos estáis limpios…’’ Observa bien, Judas no estaba limpio por la palabra, pues continuaba a la manera de él, robando las ofrendas. Sabes que, hasta una persona incrédula, tiene que robar a escondidas, porque sabe, está consciente que aquello está errado. Judas sabía eso, pero él quería continuar a su manera, no aceptando la palabra de Dios y fingiendo que estaba en medio de ellos, cuando en realidad no lo estaba; él no estaba limpio por la palabra, la palabra que nos limpia. Ahí tú ves la importancia de meditar en la palabra de Dios, porque ella te lava, quita aquellas ideas erradas, aquella forma religiosa que tienes, o aquella forma orgullosa que tú no veías antes. Es la palabra de Dios que penetra en nosotros, pero para que ella entre en nuestro ser, nosotros tenemos que meditar, analizar, verificar, pesar nuestras acciones, para que entonces ella haga efecto en nuestra vida.
Bueno amiga internauta, yo espero aquí ansiosa (una manera cariñosa de hablar), tu comentario. Yo estoy leyendo cada comentario de los internautas, y es un gran placer saber un poco de vosotros, porque cuando sois sinceros y hablar abiertamente como ustedes están
¿Saben lo que hago? ¡Yo tiemblo! ¿Pero por qué yo tiemblo? Porque yo veo que tú te estás abriendo, y cuando nos abrimos, no tenemos vergüenza de hablar, porque queremos una solución.

Un fuerte abrazo para vosotras y hasta la próxima

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

3 comentários

  1. NECESITO ME ENVIEN ESTUDIOS , SOY MIEMBRO DE IURD ZARATE ARGENTINA.

    Ver más
  2. He comenzado el estudio de Ser el Testimonio y no se como buscar dia por dia. Me he quedado en el 2do dia y no hallo como encontrar el 3ro y asi sucecivamente.

    Ver más
  3. Esta. Muy. Interesante. Por. Que. Generalmente. Yo. No. Entiendo. Los. Versiculos o. El mensaje de. Lo. Leido

    Ver más