41º Día | Ser el Testimonio

41º Día | Ser el Testimonio

27 de Febrero | Lunes | Juan 13.32-35

Si Dios es glorificado en El, Dios también le glorificará en sí mismo, y le glorificará enseguida. Hijitos, estaré con vosotros un poco más de tiempo. Me buscaréis, y como dije a los judíos, ahora también os digo a vosotros: adonde yo voy, vosotros no podéis ir.
Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros.

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Hola a todos los internautas.
Es un placer estar juntos aquí, y especialmente con la presencia de nuestro Señor Jesús, del Espíritu Santo, que nos ha conducido a la verdad. Es maravilloso tener pensamientos de Dios en nuestra mente; son tan diferentes de nuestros pensamientos, de nuestras preocupaciones… Es tan maravilloso estar envueltos con esa presencia maravillosa que nos lleva a la verdad, que nos lleva a amar con el amor de Dios y no con nuestro amor.

Acompaña conmigo el libro de Juan 13:32
“…Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará. Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir. Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros…”

Hablando del primer versículo, Dios fue glorificado en el Señor Jesús y si Dios es glorificado en el Señor Jesús, entonces Dios, como está escrito aquí, se glorificará en Sí mismo “¿Cómo? No entiendo’’

Te voy a explicar:
Glorificar, es honrar a Dios; si mi conducta honra a Dios, entonces Dios es glorificado por medio de mí, muchas personas, a veces, piensan que glorifican a Dios apenas hablando con El, de esta forma: ‘’Dios, yo te amo, te glorifico, eres todo para mí, etc.’’ Pero, glorificar a Dios, más que con cualquier palabra, es vivir en obediencia a Dios; tener una conducta que agrade a Dios, diferenciada del ser humana, es decir, una conducta divina. Y una de las cosas que a mí me gustaría dejar claro aquí, que yo estaba escuchando a mi padre y que alguien le dijo de la siguiente forma: ‘’Mira, hay muchos políticos que son creyentes y que andan depravados, su conducta es una vergüenza, tanto es que muchos políticos no se convierten…’’, dijo esa persona,… porque esos supuestos cristianos, esos creyentes, no dan testimonio.
Ahí, mi padre estaba hablando así: ‘’ Wow, que maravilla, Dios es santificado por medio de nosotros, aquellos que practican, aquellos que transmiten vida, una conducta divina, esos honran, se separan para Dios’’. ¿Cómo? Las personas en el mundo visualizan a Dios así, de esta forma: “¿Cómo Dios puede amarme, si yo estoy sufriendo tanto por eso o por aquello? ¿Cómo es que Dios está tan lejos? Dios no me ayuda; estoy llorando aquí y Dios no puede nada, no pasa nada, etc.’’ Así son los comentarios de las personas, porque visualizan a Dios de una forma tan distante y tan severa, que pune, que no tiene misericordia, etc. Y delante de un creyente, una persona que supuestamente es de Dios, que habla de Dios, pero no Lo vive, no vive Su palabra, no obedece, no se somete a la palabra de Dios, ¡entonces no Lo Santifican! Es decir, no separan a Dios como divino, como alguien que aman.
¿Cuántas de nosotras estamos aquí, meditando en la palabra de Dios y enfrentando nuestros errores? Cuántas de nosotras no nos habíamos dado cuenta de nuestros errores y vemos la paciencia de Dios con nosotros, es decir, tú no ves a Dios ausente, pero lo ver, literalmente, ¡lavando tus pies!
Este es el momento en que tú comienzas a ver lo que Dios está haciendo por ti, no de la forma como lo veías antes, creyendo que Dios no está oyendo, porque Dios estaba siempre allí, pero te hacías la sorda; querías hacerlo a tu manera. Por eso es que está escrito que Dios es glorificado en Él, es decir, Dios es glorificado a través de Jesús y Él lo glorifica en sí mismo, por causa de su conducta, porque Él mostraba el Dios verdadero. Y ahí está una razón para que tú pienses: ¿Será que tu conducta está siendo para glorificar a Dios?
Es muy interesante, que muchas personas están buscando su propia gloria, quieren ser reconocidas por sus familiares, quieren ser respetadas, quieren conquistar, quieren disfrutar de una vida maravillosa, pero para sentirse bien consigo mismas y no para glorificar a Dios… y glorificar a Dios no se traduce apenas en las conquistas; no es eso de lo que estamos hablando aquí, sino que, de algo interno, porque donde tú vas, lo glorificas por tu conducta.
Dios es glorificado a través de ti, cuando tienes una fe activa; no es solo estar activa en la iglesia, sino estar con la fe activa, pues así tu vida no es ‘’siempre igual’’… Tú no representas un Dios religioso, sino un Dios vivo, que resucitó, que transmite vida, porque tú vives en una novedad de vida; no vives de la gloria del pasado, por ejemplo, basándose en cuando fuiste bautizada con el Espíritu Santo; cuando un día tú tuviste un encuentro con Dios, cuando Dios curó a tu familiar y restauró tu familia, etc., sino que tú vives en novedad de vida, porque Dios transforma tus pensamientos, tu manera de ser, ¡crea en ti un ADN de Él! Entonces, aquí, muchas personas están ‘’dejando que desear’’, porque no están glorificando a Dios, están hablando con sus bocas, pero no son reales… Sus palabras no condicen con su vida.
Continuando, dice así: ‘’ Hijitos, aún estaré con vosotros un poco ’’ ¡Mira qué lindo! Observa el cuidado de Dios, como Él consideraba a los discípulos, Él sabía que se ausentaría, que se iría, en poco tiempo, y ya no estaría más allí en medio de los discípulos ¡y ya les estaba avisando! Tú ves el cuidado del Señor Jesús, un cariño y celo por sus discípulos.
Él dijo así:
“…Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir. ”… En otras palabras: …”donde yo voy a estar, adonde yo voy – allá en el infierno”… no podéis ir.
Jesús estaba dispuesto a morir en la cruz, a entregarse y obedecer al Padre, y Él iría allá al infierno coger la llave del diablo, la autoridad que el diablo tenía de esclavizar a las personas, porque él tenía ese derecho. Cuando Adán y Eva pecaron, en realidad, dieron la llave de autoridad que Dios les había otorgado, al diablo, el cual pasó, desde ese momento, a ser el príncipe del mundo. En otras palabras, cuando yo me someto al pecado, el diablo tiene autoridad en mi vida, pues lo que predomina en mi vida es la carne, es el pecado. Pero cuando yo asumo mi fe en El Señor Jesús, que me compró en aquella cruz, porque fue eso lo que pasó, Él fue al infierno, cogió la llave, dando así el derecho de todos aquellos que asuman su fe en Jesús y obedecieron hasta el fin, tengan derecho sobre el mal. De esta forma, el mal no tendría más derecho, porque como dice la ley, quien peca, morirá. Y nosotros no somos perfectos… Tú estás percibiendo, por la palabra de Dios, por la meditación, que hay tantas imperfecciones, hay tantos errores que cometemos y nosotros tenemos que buscar, llorar, hablar con Dios, etc. Y por eso, no hay motivos de ir a la reunión y quedarse con la boca cerrada, porque hay tantas cosas para hablar, tantas cosas que tenemos que exponer para Dios y que tenemos descubriendo a nuestro respecto.
Entonces, amiga internauta, observa que Jesús compró, y Él no se quedó allá encima, como el mundo muestra, que Dios está allá encima y tú aquí, gimiendo en la tierra o sufriendo sola… ¡No! Dios mandó a Su hijo, Su mejor, su Único Hijo que Él tenía, y Lo dio por nosotros. ¡observa el valor que Él dio a cada una de nosotras! ¿Quién es ese demonio desgraciado, que habla en tu mente que no eres capaz? ¿Quién es el, si Dios dio lo mejor de Él por ti ?
¡Tú tienes que poner al diablo en su lugar! ¿Quién es él si Dios nos compró? Aún que tú digas ‘’Yo no me lo merezco’’, tú, amiga internauta, fuiste comprada, y no fue por un ángel; Dios no dio un ángel, a cualquiera, sino el único Hijo de Él, para que tu tengas derechos. Esas palabras del diablo, que dicen que tú no mereces, que tú no vas a conseguir, eso ahí, tú le puedes decir en la cara de Él ‘’Mira diablo, presta atención, tú no fuiste fiel allá en el cielo, y tu estas queriendo perturbarme con tus palabras… yo no me voy a arrodillar delante de ti, presta atención: Yo voy a obedecer, yo voy a meditar, yo voy a aceptar lo que el Señor Jesús hizo en la cruz, ¡yo no te acepto! Presta atención: ponte en tu lugar, porque Dios me compró, por más errores que yo haya cometido. Y porque yo creo en Él, yo te pongo debajo de mis pies y asumo mi creencia en el Señor Jesús’’
¡Es así que tú tienes que poner al mal debajo de tus pies, creer y defender aquello que está escrito! Cree en lo que Jesús hizo por ti, porque Él vino… Él no es distante o indiferente a tu dolor.
Pero tú no consigues tener la respuesta de Él, cuando usas la fe emotiva. Por otro lado, cuando usas la fe inteligente, usas aquello que tú crees; usas la palabra de Dios, que entonces te da el derecho de cobrar aquello en lo que crees que tendrás resultado.
Y ahora continuando… “…Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.…”
Observa como Jesús tuvo paciencia con Pedro, con Marta, con María, con cada uno de sus discípulos, incluyendo a Judas… Jesús dio su mejor, Él cuidó, Él orientó, Él no castigó, Él exhortó. Y aún habló así: “…aún estaré con vosotros un poco…”
El mostró Su cuidado, celo con Sus discípulos, Él sabía que los discípulos irían entrar en desesperación, pero les informó, que donde el iría, ellos no podrían ir…
Un nuevo mandamiento os doy, Él dijo: “Que os améis unos a otros; como yo os he amado’’ Es decir ‘’Lo que yo hice por ustedes, como vieron a través de mi conducta, mi paciencia, mi misericordia, mi compresión, que así ustedes sean unos con los otros, no solamente amando a los otros, creyendo que tienes el derecho de enseñar, sino también que aprendan de los otros, que amen, que oigan, que se sometan también.
“ En esto conocerán todos que sois mis discípulos…”
Ahí está toda la diferencia: Los discípulos del Señor Jesús son aquellos que Lo aman, que comprenden, que miran a las otras personas como almas. Mirando a otras personas como alma, sabes que tú, como alma, te fue difícil, pues también tuviste tus fallos; tú tampoco comprendiste, muchas veces; fuiste resistente, etc. Cuando tú ves resistencia de parte de otra persona, que tú te acuerdes de quien fuiste, como tú te resististe.
Como yo fui paciente contigo, se paciente, respeta el tiempo de la otra persona, no te quedes presionando, ansiosa, queriendo que todo suceda a tu manera, haz tu parte, no esperes que ella se entregue primero, y sino entrégate por ella, como esta sucediendo aquí conmigo…”
Era lo que El Señor Jesús estaba hablando, Tú vas a conocer aquí a los verdaderos discípulos, si os amáis unos a los otros, amor es sacrificio, amor no es sentimiento.

Un abrazo grande y hasta mañana.

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1 comentário

  1. Concuerdo totalmente con estas palabras. Nuestra conducta es importantísima. Por eso vigilo mucho mí comportamiento.

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