Ep. 24 Cuando creces, muestras quién es quién

Ep. 24 Cuando creces, muestras quién es quién

Muchos piensan que, en la iglesia, donde se busca a Dios, siempre encontrarán personas fieles y justas que quieren la verdad. Esto es lo que se espera dentro de una iglesia, pero el Señor Jesús habla del Reino de los Cielos y hay que saberlo para posicionarse y comprender los peligros que pasan aquí en este mundo.

«Jesús les refirió otra parábola, diciendo:
El reino de los cielos puede compararse a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando el trigo brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña. Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: «Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo, pues, tiene cizaña?». Él les dijo: «Un enemigo ha hecho esto». Y los siervos le dijeron: «¿Quieres, pues, que vayamos y la recojamos?». Pero él dijo: «No, no sea que al recoger la cizaña, arranquéis el trigo junto con ella. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a los segadores: “Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla, pero el trigo recogedlo en mi granero”». Mateo 13:24-30

Es muy interesante que Jesús hablara en parábolas, precisamente para que los interesados buscaran saber. Muchas veces cuando leemos la Biblia, la Palabra de Dios, no la entendemos, solo los que realmente están interesados en saber buscan e insisten en esa lectura.

Y en esta parábola, Jesús habla de personas que buscan a Dios. Escuchan lo que trae el Señor Jesús, que es la buena semilla en su campo, es decir, la Palabra de Dios, Sus pensamientos, Su Espíritu. Por eso es importante que leas, medites en la Palabra de Dios, lleves tu Biblia cuando vayas a la iglesia para revisarla y también sacar tus propias conclusiones.

Me gusta mucho llevar mi Biblia a la iglesia, porque no quiero depender solo del pastor para que mastique todo por mí, quiero razonar, quiero observar, buscar, ¿y por qué? Porque me interesa leer y comprender la Palabra de Dios, porque me interesan los pensamientos de Dios.

Para que mis pensamientos estén sujetos a los pensamientos de Dios, tengo que razonar y comprender cuál es el pensamiento de Dios y cuál es el mío.

Volviendo a la parábola, el Señor Jesús dijo que el Reino de los Cielos es semejante al hombre que siembra buena semilla en su campo, es decir, habla de esta buena semilla que es Su Palabra. Jesús planta esta buena semilla, pero cuando los hombres dormían, su enemigo sembró cizaña entre el trigo.

En otras palabras, por ejemplo, en la iglesia a la que vas escuchas la Palabra de Dios y decides si la aceptas o la rechazas. Por lo general, las personas que tienen hambre espiritual, que buscan actuar con rectitud hacia Dios, van a la iglesia con un propósito. Y los que no van con un propósito son los que solo van para agradar o, a veces, van solamente para sentirse bien, pero no porque buscan a Dios. Entonces el diablo, que es este enemigo, va y siembra la cizaña entre el trigo.

Donde había trigo, que son los que buscan la verdad, los que quieren vivir una vida justa, allí también el diablo sembró cizaña, que no da fruto.

Pero la cizaña no aparece cuando es pequeñita, cuando es como una semilla, aparece cuando crece. Como dice aquí: «Y cuando la hierba creció y dio fruto, apareció también la cizaña».

Si bien la cizaña era semilla y estaba allí con el trigo, no se detectaban, pero cuando crecían, aparecía quién era el trigo y quién era la cizaña. Y así también sucede en la iglesia.

Cuando tienes autoridad, cuando conquistas y tienes otros que se someten a ti, entonces aparece quién es quién.

Es muy interesante porque, por ejemplo, yo estuve en la iglesia desde pequeña, prácticamente nací en la Iglesia Universal, y vi muchas personas que yo creía que eran de Dios, a las que miraba con pureza, con buenos ojos, pero de repente, esta persona llegó a decepcionarme. Y me asusté por todo esto, porque no me imaginaba que esto pudiera pasar, yo era nueva en mi fe, y veía a muchas personas desperdiciar todo lo que recibían.

Había quienes predicaban, que tenían aún más autoridad, pero esta gente cayó en la fe, y cayó mal, ¿y por qué? Porque mientras estaban en este ambiente de fe, no valoraron la buena semilla que es la Palabra de Dios, la cual hay que considerar, porque es semilla eterna. Si no usas, no aprovechas la Palabra de Dios para ti, llevarás la vida espiritual de cualquier manera. Y si no te observas, no verás, no sentirás la necesidad de buscar a Dios.

Pasó el tiempo y muchos perdieron la fe, perdieron el temor, porque en verdad la cizaña nunca tiene temor, no da fruto. La cizaña son los que son falsos, oran por orar, van a la iglesia, diezman, hacen todo por hacerlo, pero no con verdad, no porque entiendan su necesidad.

Por ejemplo, separar las Primicias para Dios es ponerlo por encima de todas las demás necesidades, no solo en la parte económica, sino también en mis elecciones. Cuando me despierto por la mañana, me gusta poner a Dios en primer lugar en mi vida. Hay muchas cosas que necesito hacer a primera hora de la mañana, pero todas están sujetas a la prioridad que le doy a mi vida con Dios. Por eso dedico mi tiempo por la mañana a Dios, porque valoro esta buena semilla.

Y mi Señor, la Palabra que Él me ha enseñado, ha generado en mi disciplina. Dios me ha cuidado, me ha mostrado lo que tengo que hacer, me ha abierto los ojos a lo que no veía. ¡Esto es lo que hace el mismo Señor Jesús!

Pero, a mi lado, como dice aquí en esta parábola, también se sembró cizaña, la que parece ser de Dios, pero no lo es, y hay que estar preparado para eso.

Tienes que estar preparado para ver que no todas las personas buscan la verdad, no todos aman la verdad, no todos quieren la justicia, no todos quieren a Dios. Incluso si dicen que quieren hacerlo, sus elecciones y prioridades revelan lo contrario.

Cuando creces con alguien que es falso, o te vuelves más puro o te corrompes. Y ahí es donde se revela quién es quién. Quien es realmente verdadero, el trigo que da fruto y quien es la cizaña, que es falsa, la que no tiene fruto.

Y el Señor Jesús dijo esto:

«Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a los segadores: “Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla, pero el trigo recogedlo en mi granero”». Mateo 13:30

¡Tarde o temprano todo se manifestará!


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