185 – ¿Cómo relacionarse con Dios? – [SERIE – ¿QUIÉN ES DIOS?]

185 – ¿Cómo relacionarse con Dios? – [SERIE – ¿QUIÉN ES DIOS?]

¿Has observado quién es Dios?

Si observas quién es Dios, te darás cuenta de quién eres tú, porque te verás lleno de fallos.

Mira:

«Y cuando Jacob siguió su camino, los ángeles de Dios le salieron al encuentro. Y al verlos, Jacob dijo: Este es el campamento de Dios; por eso le puso a aquel lugar el nombre de Mahanaim. Entonces Jacob envió mensajeros delante de sí a su hermano Esaú, a la tierra de Seir, región de Edom. Y les dio órdenes, diciendo: Así diréis a mi señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob: He morado con Labán, y allí me he quedado hasta ahora. Tengo bueyes, asnos y rebaños, siervos y siervas; y envío a avisar a mi señor, para hallar gracia ante tus ojos. Y los mensajeros regresaron a Jacob, diciendo: Fuimos a tu hermano Esaú, y él también viene a tu encuentro y cuatrocientos hombres con él. Entonces Jacob tuvo mucho temor y se angustió; y dividió la gente que estaba con él, y las ovejas, las vacas y los camellos, en dos campamentos» Génesis 32:1-7

Aún viendo a los ángeles, Jacob tuvo mucho miedo y se angustió. Observa cómo Dios nos asiste; Él nos observa, y también debemos observarnos a nosotros mismos para saber qué está mal en nosotros.

Para conocer a Dios y relacionarte con Él, tienes que ser muy transparente en esos momentos. Tienes que ser sincero, hablar lo que hay dentro de ti.

Ahí es donde entra nuestra comunicación con Dios. Esto le pasa a todo el mundo, pero en estas situaciones, con nuestros errores, vemos la fidelidad de Dios. Vemos que Él no nos deja solos.

Si prestas atención, verás que realmente Dios es Puro, es Justo, es Benigno, Él no paga el mal con mal. Él espera para ver qué haremos con nuestra fe, con todo lo que Él nos ha revelado. ¿Nos aferramos a su Palabra? ¿O tememos?

«Y dijo Jacob: Oh Dios de mi padre Abraham y Dios de mi padre Isaac, oh Señor, que me dijiste: Vuelve a tu tierra y a tus familiares, y yo te haré prosperar, indigno soy de toda misericordia y de toda la fidelidad que has mostrado a tu siervo; pues con solo mi cayado crucé este Jordán, y ahora he llegado a tener dos campamentos. Líbrame, te ruego, de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque yo le tengo miedo, no sea que venga y me hiera a mí y a las madres con los hijos.» Génesis 32:9-11

Para convertirse en un gran hombre de Dios, fue necesario vencer sus propios conflictos, sus propios miedos y compartir eso con Dios, y eso fue lo que hizo Jacob. ¿Qué tal si haces lo mismo?

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*