179 – Dios es quien bendice

Estaba aquí pensando en Labán, que era el tío de Jacob, el hermano de Rebeca. Vio a Jacob prosperar, vio que Dios estaba con Jacob, fue testigo de todo esto, pero aun así solo codició riquezas, condiciones financieras, era todo lo que el veía.

Entonces, cuando Jacob huyó, Dios le habló a Labán en sueños:

«… Guárdate que no hables a Jacob ni bien ni mal. Alcanzó, pues, Labán a Jacob. Y Jacob había plantado su tienda en la región montañosa, y Labán y sus parientes acamparon en los montes de Galaad. Entonces Labán dijo a Jacob: ¿Qué has hecho, engañándome y llevándote a mis hijas como si fueran cautivas de guerra? ¿Por qué huiste en secreto y me engañaste, y no me avisaste para que yo pudiera despedirte con alegría y cantos, con panderos y liras? ¿Por qué no me has permitido besar a mis hijos y a mis hijas? En esto has obrado neciamente» Génesis 31:24-28.

Labán vio que, en esta fuga, Jacob había tomado cautivas a sus hijas, él no pensó en los años que Jacob había trabajado para casarse con Raquel y Lea. Labán sólo lo veía desde su lado egocéntrico. Y es así con muchas personas que son egoístas, cuando miran a los demás, sólo miran lo que les pertenece.

Y en el caso de Jacob ya había trabajado 14 años para casarse con las hijas de Labán, ¿y encima dijo que fueron llevadas cautivas? Y que Jacob se escapó, cuando quiso hacer una fiesta y despedirlos con alegría y cánticos, pero ¿crees eso?

Como lo único que Labán quería era el dinero y las condiciones que Jacob le proporcionó, con seguridad, no iba a despedirlo con alegría y cánticos. De hecho, la Biblia muestra que Labán ya miraba con malos ojos a Jacob, porque había prosperado tanto que Labán se sintió “robado”, cuando en realidad, era Dios quien había bendecido a Jacob.

Esto es lo que pasa con las personas, solo miran su lado, solo lo que las personas les hacen, pero no miran lo que les hacen a las personas. ¡Ese fue el gran error de Labán! Pensó que todo lo que Jacob había logrado era de él.

La gente tiene una visión egoísta y no ve sus propios errores.

Obviamente, Labán iba detrás de Jacob para hacerle daño, y no lo hizo sólo porque Dios se le apareció y le dijo que no hiciera ni bien ni mal. Y quería hacerle daño porque se sentía ultrajado, tenía menos que Jacob, y eso ofendía su orgullo.

Y muchas personas se sienten así, ofendidas por lo que ha conseguido la otra persona. Y encima miran con malos ojos.

Pero ¿qué hace Dios? ¡Dios observa lo que haces! Y si priorizas tus logros, no le prestarás atención a Dios. Y para ti Dios Se vuelve un Ser lejano, no cercano.

Quizás pienses: “si no trabajo, no prosperaré”. Es cierto que hay que trabajar, todos lo hacemos, pero Dios es quien bendice.

Tanto es así que Jacob trabajó y Dios lo bendijo. Aun cuando Labán cambió el salario de Jacob diez veces.

En total, Jacob sirvió a Labán durante 20 años, 14 años para sus esposas y 6 años para sus ahorros, porque no tenía nada. Y, sin embargo, Labán miró con mal humor a su sobrino Jacob y quiso aprovecharse de él.

Pero Dios intercedió por Jacob, y no por Labán. Dios no prosperó a Labán, pero su prosperidad sólo llegó mientras Jacob estaba con él, porque Dios estaba con Jacob.

Si sólo apuntas a la economía, al éxito y a tu egoísmo, no verás ni querrás a Dios. ¡Reconoce esto y busca a Dios!