- 15
- Jul
- 2024
Episodio 174 – ¿Cómo escuchar la Voz de Dios? – [SERIE – ¿QUIÉN ES DIOS?]
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Nota lo que dice la Palabra de Dios acerca de lo que sucedió en el tiempo de Jacob:
«Pero Jacob oyó las palabras de los hijos de Labán, que decían: Jacob se ha apoderado de todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha hecho toda esta riqueza. Y Jacob observó la actitud de Labán, y he aquí, ya no era amigable para con él como antes. Entonces el Señor dijo a Jacob: Vuelve a la tierra de tus padres y a tus familiares, y Yo estaré contigo». Génesis 31:1-3
Dios vio que Labán y sus hijos estaban con el corazón sucio, con envidia de Jacob, porque Jacob prosperaba. Y Dios dijo a Jacob: «Ha llegado el momento de que dejes esta tierra, vuélvete a la casa de tus padres, a tus parientes, y Yo estaré contigo».
Bueno, para que Jacob pudiera hacer eso, tendría que tomar todo lo que tenía, e ir a la tierra donde estaban sus padres, y obviamente, eso era lo mejor que se podía hacer con la situación que estaban poniendo Labán y sus hijos a Jacob.
Y ya sabes, cuando una persona es celosa, con algún mal dentro, entonces maltrata a la gente. Si estás actuando de esta manera, tratando a alguien con frialdad, es porque algo está sucediendo dentro de ti, tu mente está alimentando algo.
¿Y sabes lo que hace Dios? Él respeta. Después de todo, ¿por qué Dios no habló con Labán y sus hijos, defendiendo a Jacob? Como no tenían oídos para oír a Dios, no estaban interesados en saber del Dios de Jacob. ¿Sabes lo que les interesaba? ¡El dinero!
¿Recuerdas cuando Labán, muchos años antes, cuando su hermana recibió brazaletes de oro, bienes, de aquel siervo de Abraham, para buscar esposa para Isaac, que Labán miró lo que Rebeca había recibido? El dinero había sido el dios de Labán durante muchos años, y él no había cambiado, los años pasaban y él seguía con ese mismo espíritu, de mirar las pertenencias de las personas. Labán valoraba las cosas de este mundo.
Entonces, cuando tú o alguien valora las cosas de este mundo, es porque hay maldad. Por ejemplo, si alguien está prosperando y tú tienes envidia, estás enojado, estás celoso e incluso tus hijos también tienen este mismo espíritu, es porque tienes está mente de mirar a los demás.
Pero Jacob no tenía ese interés, no estaba pensando en dinero. Recuerdas que cuando llegó a casa de Labán lo primero fue pensar con quién se iba a casar, no pensaba en el dinero, en ganar.
No es que esté mal que prosperes, pero cuando priorizas estas cosas, entonces no le das prioridad a Dios. Y entonces, Dios no tiene espacio para hablar contigo.
En el caso de Jacob, escuchó a Dios decirle: «Vuelve a la casa de tus padres y Yo estaré contigo».
Observa que Dios no le habla a cualquiera, porque las personas ponen su mirada en lo que priorizan, en lo que valoran, en las cosas de este mundo.
Entonces, la gente que valora las cosas de este mundo no podrá oír a Dios, no entenderá a Dios.
Y si no me entienden, sepan que es por eso, porque valoran las cosas externas, y no lo que los sostendrá, lo que los mantendrá felices, que es la fe en Dios, es priorizar a Dios.