16º Día : ¿Qué estás pensando?

¡Hola a todas las internautas! Es un placer estar aquí con vosotras, hoy ya es el 16º día del ayuno de Daniel, faltan pocos días para terminar este propósito, pero no hace falta que termines este propósito hasta que no alcances lo que buscas en este ayuno.

Bueno, hoy la pregunta es la siguiente: ¿En qué andas pensando?

Acompaña conmigo la lectura en Deuteronomio 15.9:

«Cuídate de que no haya pensamiento perverso en tu corazón, diciendo: “El séptimo año, el año de remisión, está cerca”, y mires con malos ojos a tu hermano pobre, y no le des nada; porque él podrá clamar al Señor contra ti, y esto te será pecado. Con generosidad le darás, y no te dolerá el corazón cuando le des, ya que el Señor tu Dios te bendecirá por esto en todo tu trabajo y en todo lo que emprendas. Porque nunca faltarán pobres en tu tierra; por eso te ordeno, diciendo: “Con liberalidad abrirás tu mano a tu hermano, al necesitado y al pobre en tu tierra.””

Bueno, lo que esto quiere decir es lo siguiente, fíjate que al principio del versículo, dice que debes vigilar para no tener pensamientos perversos, es decir, un pensamiento ordinario, mezquino, de falta de consideración, en tu corazón. Recuerda que al principio del ayuno, el primer día del ayuno, nosotras hablamos sobre el corazón, qué es el corazón, que él tiene mente, pues sí, fíjate, el pensamiento en el corazón, es decir, en tu alma. Es tu ser quien lo alimenta dentro de ti, por eso tienes que cuidarte para no tener ese pensamiento mezquino, ordinario y de falta de consideración.

Y no digas: «El séptimo año, el año de remisión, está cerca”. Aquí, en el séptimo año ellos tenían que dar algo a su hermano necesitado.

Pero observa, que eso es en el Antiguo Testamento, en la época de la ley, «el séptimo año, el año de remisión, está cerca» y mires con malos ojos a tu hermano pobre, y no le des nada; porque él podrá clamar al Señor contra ti, y esto te será pecado”.

¿Quién es ese pobre? Déjame decirte que el pobre, no es solamente la persona que no tiene condiciones financieras, cuando decimos pobre, es el necesitado y, ¿quién no es necesitado en esta vida? Todos nosotros somos necesitados, ¿cómo Viviane?

Todos nosotros nos necesitamos los unos a los otros, nosotros necesitamos personas que nos sirvan, así como también necesitamos servir a otras personas. Por ejemplo tú que eres empleada doméstica, no pienses que tu jefe, por tener más condiciones que tú, eres la pobre y él tiene que ser caritativo contigo, no, nada de eso. Tanto jefe como empleado o funcionario, tiene sus necesidades. El jefe necesita ser atendido, necesita ser servido por su empleado, y el empleado también tiene sus necesidades económicas, necesita su tiempo, su día libre, por ejemplo, o un día de descanso. Cada uno tiene sus necesidades.

Entonces, cuando hablamos del séptimo año, en la época, era para dar algo para el pobre, y la persona tenía que dar algo al más necesitado, era una ley del séptimo año.

A veces ves así la ley de Dios, tienes que perdonar, tienes que ser sincera, tienes que mirar con buenos ojos, y entonces tú que miras con buenos ojos dices, “está bien, voy a mirar con buenos ojos, vale, voy a perdonar, perdóname ¿vale? siento lo que te hice”. Pero aquí habla de malos ojos hacia tu hermano pobre, es decir, que te falló…

«y no le des nada; porque él podrá clamar al Señor contra ti, y esto te será pecado.”

Imagina, por ejemplo, si cometes un error, si no tienes consideración conmigo o viceversa, y yo clamo a Dios, eso será un pecado, una injusticia. Imagina que me humillas, o yo te humillo sin ningún tipo de compasión ni consideración… El hecho de ser tu jefe o empleado, no quiere decir que no debamos tener consideración, esto es algo que tiene q haber en ambas partes.

«Con generosidad le darás, y no te dolerá el corazón cuando le des, ya que el Señor tu Dios te bendecirá por esto en todo tu trabajo y en todo lo que emprendas.”

Es decir, a veces la persona comete el error de hacer las cosas, pero de forma negativa, de corazón maligno, con pensamiento malo, mezquino… “Ella no me hizo eso, pues yo tampoco…” es decir, quiere pagar el mal con mal, y Dios te está diciendo que tienes que hacerlo de buena gana, con generosidad. Cuando vas a perdonar, tienes que hacerlo porque tú sabes que es necesario, no por obligación porque llega el séptimo año, o porque Dios te dice que perdones, pero continúas con ese rencor, con ese recuerdo, no lo borras, no lo olvidas, te complicas la vida… Tú eres tacaña como dicen los españoles, «ella no me prestó, no me dio así que yo tampoco se lo voy a dar, porque ella tiene que entender…” en fin, eso es un pensamiento malo, y mira amiga internauta, seas quien seas, el pensamiento perverso, ordinario, mezquino, puede llegar a cualquier persona, seas bautizada con el Espíritu Santo o no, por eso dice aquí: «Cuídate de que no haya pensamiento perverso” Tenemos que cuidar, porque Jesús dijo que bueno es el Padre, así que nosotros no somos buenos, bueno es Dios.

Entonces, amiga internauta, entiende de una vez por todas que tú no eres siempre la buena, la que tiene razón, que todo lo que piensas y sientes es bueno. ¡NO, al contrario! Siempre tienes que desconfiar de ti misma, ¿por qué? porque tú ya pensaste, ya sentiste, ya dijiste lo que no deberías, así que solo por el hecho de que alimentes un pensamiento, no digas “sólo estoy pensando, no estoy fallando porque no estoy haciendo nada…” No, sí que estás fallando, porque estás alimentando eso, estás actuando de forma equivocada, tú piensas y actúas de forma equivocada. Por eso Jesús dice que: «Con generosidad le darás, y no te dolerá el corazón cuando le des, ya que el Señor tu Dios te bendecirá por esto». ¿Por qué? Él te va a bendecir porque has guardado tu corazón de tener pensamientos perversos.

“En todo tu trabajo y en todo lo que emprendas”, es decir, Dios te va a bendecir en todo lo que hagas. Quizás estás pasando por un problema económico, por situaciones difíciles y no te sale bien porque tienes ese pensamiento perverso, a veces no es con relación a tu jefe o a tu trabajo, sino que tienes el pensamiento perverso hasta con tus ofrendas a Dios, en tus desafíos con Dios, tú dices “ves, doy mi ofrenda, doy mi todo, y después no soy bendecida”, pero es que tú no tienes que dar por una imposición.

Cuando existe sacrificio, que es lo que pone aquí, tiene que ser libremente, porque tú ves que necesitas hacerlo, tú reconoces que tienes que darlo. Eres tú quien debes reconocer que tu pensamiento está siendo perverso, y que tienes que tener cuidado, está amarrado ese pensamiento de que porque yo di ofrenda, porque yo sacrifiqué… no voy a contaminar. Yo hice de libre y espontánea voluntad, y ese pensamiento no va a contaminar mi sacrificio.

Y es verdad, cuando la persona hace realmente de libre y espontánea voluntad, no viene ese pensamiento, “ves, yo di, ellos me están robando, ellos son malos, se aprovechan de la buena intención de nuestro corazón, etc, etc, etc.”

Mira, es justamente en la parte de dar cuando vienen pensamientos perversos, mezquinos, de falta de consideración, de entrega, de reconocimiento… Eso es un error grave, el error de dar… Dar y a veces, es por necesidad. Cuando tú das tu ofrenda, tu sacrificio, ¿qué estás haciendo? ¿lo estás dando para que otras personas sean salvas? ¡Ésa es la realidad! Pero muchas tienen el pensamiento perverso, y piensan que es para nuestra cartera, para nuestro bienestar.

Amiga internauta, cuidado con lo que piensas, cuidado con tu corazón, porque ese pensamiento perverso viene del corazón.

«Porque nunca faltarán pobres en tu tierra”, nunca dejarán de existir necesidades, por eso te ordeno, diciendo: ‘Con liberalidad abrirás tu mano a tu hermano, al necesitado y al pobre en tu tierra.’ «

Entonces, todos nosotros, tenemos que dar de libre y espontánea voluntad, sin imposición ni por obligación, ni sintiéndome mal porque el pastor está pidiendo, ni porque la persona necesita y tengo que hacerlo porque me lo pidió, no, lo tengo que hacer porque necesito hacerlo y tengo que abrir mano y dejar de ser egoísta, ¿está bien mi amiga internauta?

Espero que este audio te haya ayudado; si te ayudó, cuéntame cómo te ayudó. Estaré esperando tu comentario, y estaré muy feliz con tu sinceridad.

¡Un gran abrazo para ti, y mañana estaremos aquí de nuevo!