- 14
- Dic
- 2015
Vas a perder la cabeza
- 14
- Dic
- 2015
«Estás siempre distraída, pierdes todo; solo no pierdes tu cabeza porque está pegada al cuerpo. Irresponsable, no haces nada bien»…
¿Reconoce esas palabras? Normalmente, se les dice a los jóvenes cuando se les dice que «van a perder la cabeza», irresponsables.
Cuando oímos esas palabras, pueden ocurrir dos tipos de pensamientos…
– Autocompasión: «Realmente soy irresponsable, no hago nada bien, soy irresponsable…»
– Injusticia: «Pero, yo di mi mejor; no está tan mal de esta manera. ¡Qué tristeza!»
– Indiferencia: «Sí, yo soy así; al que no le guste que no me pida nada más».
Todos los pensamientos nos llevan a sentir o a actuar de alguna manera.
Y cuando tenemos esos pensamientos somos llevados a una sola acción: ¡No cambiar lo que somos! ¡Estancarnos! Después de todo, o somos muy malos para cambiar, estamos por cometer injusticias contra nosotras mismas o no creemos que valga la pena el cambio. Esos pensamientos son inútiles para nuestro desarrollo. No ayudan en nada para nuestro crecimiento; al contrario, solo nos atrapan.
¿Qué hacer entonces?
Hay dos cosas que necesitamos tener en cuenta para ser diferentes:
1. Necesitamos detectar lo que no queremos ser.
Por increíble que parezca, ésta es la parte más difícil. Necesitamos ser humildes para reconocer que nos equivocamos, necesitamos querer saber lo que hacemos de manera equivocada y es ahí que las críticas son óptimas para nosotras ya que nos ayudan en ese proceso de reconocimiento. Precisamos saber lo que no tenemos que hacer.
2. Programar lo que va a hacer diferente.
Lo imperfecto está muy arraigado es nosotros, es decir, que es tan natural hacer o no hacer una determinada cosa de aquella manera que no nos damos cuenta de que erramos nuevamente. ¡Entonces tenemos que programarnos!
Si la manera en la que ordenamos la habitación no es la mejor manera, entonces, ¿cuál es la mejor manera? ¿Por dónde debo comenzar? ¿Cómo debo hacer? Anotar orientaciones, sacar fotos del resultado final, colocar recordatorios para no olvidarnos ayudan mucho en ese proceso.
Hay una regla que llevo conmigo y que me ayuda mucho:
¡No confiar jamás en mi memoria!
A nadie le gusta olvidarse las cosas y el olvido no es algo que tenemos cómo controlar. ¡Quién se olvida, se olvida! No lo hace por maldad, pero hay una manera de prevenir eso: hay como «diblar» nuestras limitaciones, encontrar una manera para que nuestra cabeza esté siempre como debe estar: Limpia para absorber lo que Dios nos quiere enseñar.
«…Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis, y recibisteis y oísteis y visteis en mi, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros». (Filipenses 4:8-9)
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anyi tatiana lagos vargas
27 abril, 2016 a 3:2
Muchas veces no aceptamos nuestros errores y perdemos la cabeza ante todo la humildad para aceptar y reconocerlo para así mejorar y honrar a Dios
Adriana Tapia
19 abril, 2016 a 5:2
Debemos saber ser humildes y reconocer cuando estemos mal aunque sea difícil. Pensar que podemos hacer diferente para que no volvamos a equivocarnos!
Lidiajared
14 abril, 2016 a 22:2
Nuestro peor enemigo para el cambio somos nosotras mismas, colocandonos limitaciones, pereza, el conformismo.
Yääz SC
13 abril, 2016 a 5:2
Yo soy una joven con los pensamiento de indiferencia. Luego contesto «Yo soy asi, y mientras no quiera cambiar asi sere»
Luego solo lo digo por coraje’ y si, soy olvidadiza. Luego piensan que lo hago de broma. Pero no. Tengo que cambiar esta irresponsabilidad.
kate aguilera-Valencia-España
15 diciembre, 2015 a 10:2
Buenos Dias Señora Silvia..!!!
Yo me identifico aquí a como yo era ANTES era una joven tan irresponsable, yo NO hacia nada bien hacia las cosas de cualquier manera por eso todo me salía mal.
como usted bien dice en este articulo, yo era una joven bien distraída y lo que era pa salir bien salía MAL, perdía todo, solo NO perdía mi cabeza porque está pegada al cuerpo.
A mi me costo muchísimo NO FUE NADA FACIL.
Tuve que quebrantar mi ORGULLO para aceptar todas mis equivocaciones y así poder RECONOCER mis Fallos
y ser HUMILDE eso para mi no fue TAREA FACIL, dentro mio había ya una guerra constante pero una hasta el mismo ORGULLO tenemos que SACRIFICARLO, pero al final lo puedes CONSEGUIR y eso ya es un paso hacia adelante.
Yo lo pude conseguir poniendo toda mi FUERZA por querer cambiar eso si NO es de la noche a la mañana esto lleva su tiempo.
y asi mas jóvenes lo van a CONSEGUIR.
Taina N. Pamplona (Espanha)
14 diciembre, 2015 a 22:2
Buenas noches 😀
Yo ya oí esas palabras y de personas muy cercanas a mi como compañeros, hermana…
Mi reaccion siempre fue la misma, siempre actué como usted mencionó arriba con autocompasión me gustaba hacerme de victima o llamar la atencion. Hasta que hace unos dias decidi arrancar todo eso de dentro de mi y como hice con cada actitud que tenia o cada pensamiento o con mi forma de actuar, yo apunté en un papel, realmente no fue facil, dolio hasta antes de entrefar el papel en el Altar que lo entregue, me dolio pero despues de entregarlo fue como que un peso salio de encima, fue gratificante y tambien fue muy bueno pues aun que las cosas que descobria no eran agradables, apartir de que lo deje en el Altar fue como que la vieja yo murio finalmente y estoy viendo el resultado y eso es lo mejor 😀
Un abrazo 😉 🙂