SIERVAS EN ALERTA – ¡LAS VÍRGENES!

“Tus ungüentos tienen olor agradable, tu nombre es como ungüento purificado; por eso te aman las doncellas” (Cantares 1:3).

Cantares es un libro que habla de la relación entre una pareja, pero nos remite, profundamente, a una intimidad con Dios.

El perfume de Dios es suave. ¡Su presencia exhala un olor inconfundible que se traduce en seguridad y paz en toda su plenitud!

Su nombre es aún más abarcador y envuelve toda nuestra vida con la esencia más pura y genuina. Contiene los ingredientes más sublimes: la justicia, la misericordia y la fe.

Cuando ese ungüento es derramado en nuestro ser, cuyo valor es extremadamente alto, quien está a nuestro alrededor es agraciado con ese bálsamo. ¡Qué precioso! ¿Verdad?

Solamente las vírgenes tienen el honor de esparcir ese excelente y singular perfume, pues pagan el debido precio, con sus propias vidas, al mantenerse íntegras y separadas hasta el regreso del Novio. Esa es la mayor prueba de amor que podemos dar a Dios, cuando sacrificamos nuestra voluntad para agradarlo a Él.

La pregunta que me gustaría hacer es la siguiente: Tú, “trabajador” de la obra de Dios, ¿has sido esa virgen que no se deja corromper por el olor insoportable del pecado que viene en forma de orgullo, vanidad, malos ojos, avaricia y otras características?

Analiza y averigua qué tipo de perfume has exhalado. Haz esta reflexión y sé sincera contigo misma, pues el Novio está volviendo.