¿Qué alegría es esa?

Viviane Freitas

  • 25
  • Oct
  • 2012

¿Qué alegría es esa?

  • 25
  • Oct
  • 2012

¿Tu alegría ha sido circunstancial? ¿Depende de lo que tienes?

¿del lugar donde estás? ¿de las personas con quien estás? ¿depende de la música que oyes, de los elogios? ¿Tu alegría es como la ola del mar, que va y viene?

¿O tu alegría es eterna, constante… Fluye del interior hacia el exterior; no depende de nada ni de nadie?

Muchas personas viven en esta aparente alegría… Necesitan algo externo, palpable o audible para obtener alegría.

A veces, alimentan el pensamiento de que sólo serán completas cuando realizan sus objetivos: Cuando se casen, cuando alcancen la casa de sus sueños, el mejor coche, etc. Se eluden pensando que de está forma serán finalmente felices y realizadas.

Tú tienes derecho de tener todo esto y mucho más, pero ¿no crees que anhelar eso sólo para obtener placer y alegría es un poco egoísta? Debes saber que esos objetivos (casa, coche, etc.) son pasajeros, y un día puff… desaparecen.

Pero cuando tu mayor objetivo es agradar a Dios y vivir de acuerdo con Su voluntad, tu visión cambia… Alcanzas mucho más allá que lo que es pasajero. Cuando se vive por la fe, ocurre lo mismo que ocurrió con el matrimonio Zacarías e Isabel:

» Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento…» (Lucas 1:14)

Isabel era una mujer estéril, y ese día Zacarías fue escogido para presentar las ofrendas del pueblo de Dios. Allí estaba él, dentro del Santuario, orando por el pueblo, cuando se le apareció un ángel y le anunció la buena nueva: Él e Isabel tendrían un hijo…

Sin embargo, porque ellos fueron justos delante de Dios, ese matrimonio no recibió apenas un hijo, sino a Juan el Bautista, que prepararía al pueblo para la venida del Salvador. Era la respuesta a sus oraciones: La Salvación del pueblo.

Las oraciones de ese matrimonio de fe no eran para recibir un hijo solamente… El principal objetivo era la salvación del pueblo de Dios, por eso, cuando Dios responde; ese placer y alegría no son para mi egoísmo, sino para un propósito mucho mayor: Proporcionar alegría a otros… muchos otros.

¿Tu alegría es influenciada, o influye a muchos?… Como dicen las Escrituras.

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