Pon a Dios a prueba

Viviane Freitas

  • 24
  • Jun
  • 2013

Pon a Dios a prueba

  • 24
  • Jun
  • 2013

Hola a todos. Es un placer estar aquí y participar de tu vida, entrando en tu casa, en tu trabajo, a través de este mensaje Bíblico que es una fuente de fortalecimiento.

“Sea el Señor juez y decida entre tú y yo; que El vea y defienda mi causa y me libre de tu mano.” (ISm.24:15)

David estaba siendo perseguido por Saúl, después de su consagración como rey de Israel. Aparentemente, sería una injusticia: Si él era el rey, ¿por qué Dios no le facilitó la vida, concediéndole de inmediato su reinado?

Las dificultades, las injusticias, sirven como ejemplo de las “claras”: ¡Cuanto más se baten, más aumentan! Así también cuando pasas por injusticias y sufres situaciones difíciles en tu fe, en realidad, estás teniendo el privilegio de ser moldeada, incluso delante de un imprevisto. David no pidió que quería ser rey, pero Dios sabía quien era él, ya que este llamó Su atención. Sin embargo, aún así, no le dio facilidades.

Dios permitió que David conquiste su reinado para probar el potencial que existía dentro de él; la fe y la comunión que tenía con Él. Para que esta convivencia se exteriorizase y fuese, realmente, un hecho evidente, enfrentaría dificultades y probaría, delante de las mismas y de todo el pueblo, que él era un ungido y también escogido de Dios.

¡David demostró a todas las personas que él era digno de ser rey!

No fue simplemente puesto en el palacio, o asumió un título de rey. ¡Él lo conquistó!

A veces, piensas: “Es una injusticia lo que estoy viviendo.” Pero, tú y yo, tenemos que conquistar. Y aquí es donde entra nuestra conducta, confianza y creencia en Dios.

Nuestra creencia no reside en el “si” de Dios, como estando ya en un “reinado” donde todos se someten, igual que David y Saúl. Él también podría pensar que Saúl se sometería, porque Dios lo había consagrado como rey. ¡No! David fue humilde, diciendo: “Juzgue el Señor mi causa.”

Cuando la persona no debe nada a nadie, ella pone a Dios a prueba.
Sin embargo, cuando existe una deuda, un pecado escondido, un mal comportamiento e injusticias sobre las cuales hemos hablado en el Blog, entonces, existe debilidad.
No eres capaz de poner a Dios a prueba; no arriesgas tu vida para hablar con Dios de esta forma, ¡es porque estás en deuda con el diablo!

Seas quien seas, debes evaluarte a ti misma. Si haces esto, invertirás en tu propio interior.
SI te quedas señalando con el dedo a terceros, no inviertes en ti, sino que te condenas, porque tendrás malos ojos. Anularás quien eres, perdiendo tiempo mirando a la inversión ajena.

David no fue rey antes de probar a Dios que realmente se dominaba; dominando sus sentimientos y dependencia de Dios.

Cuando estaba delante de una dificultad, no hablaba con sus padres o hermanos. ¡No! Hablaba con Dios. Este es el comportamiento de una persona justa: Ella tiene a Dios como aliado.

Un fuerte abrazo. Hasta la próxima.

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28 comentários

  1. es muy fuerte este mensaje por que a veces pasamos por fuertes dificultades pero son momentos tan duros que hasta llega un momento que creemos que estamos solos por eso no debemos guardar nada si hemos cometido algún error siempre hay que confesar lo a nuestro SEÑOR y pedirle perdón así no quedaremos sucios y podemos poner a prueba y confiar 100%en el

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  2. Realmente es algo fuerte porque es muy sierto es necesario pasar por pruebas, por dificultades aun mas siendo escogidos de Dios y es ahi en donde aprendemos a colocar toda nuestra confianza en Dios sabiendo que las cosas que vienen de lo alto no son fáciles…
    Cuidando también de nuestra vida espiritual sin ninguna deuda con el diablo así el no tendrá como acusarnos siendo justos delante de Dios.

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  3. Buenas Noches
    Aunque no nos guste, todas nosotras pasamos situaciones dificiles, lo bueno es que ellas nos ayudarán con nuestro crecimiento. El punto es que si nuestra conciencia no esta limpia delante de Dios, no podremos ponerlo a prueba y estaremos en deuda con el diablo. Por eso debemos invertir en nuestra vida espiritual, crecer en nuestra comunión con Dios, Él debe ser nuestro aliado.

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  4. Es en los momentos de dificultad que demostramos nuestra creencia verdadera en Dios; y en cada dificultad que vamos creciendo.

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