Piernas cansadas, ¿cansancio o patología crónica?

Todas nosotras ya hemos sentido un peso, un hormigueo o un dolor intenso en las piernas, pero normalmente asociamos los mismos a estar muchas horas de pie o sentadas en la misma posición, y en algunos casos, a los zapatos muy altos o muy bajos, estos son señalados como “los culpables”.

De hecho, todas estas situaciones son causas potenciales de la incomodad en las piernas al final del día, pero son los únicos causantes posibles para esta cuestión que afecta a gran parte de las mujeres.

Como prueba de que no son sólo las malas posturas diarias, ni los zapatos los causantes de terribles dolores, es que en el 80% de los casos de piernas cansadas son derivados de problemas en el sistema venoso.

Esta semana vamos a hablar de las señales a las cuales todas debemos estar atentas y de los malos hábitos que pueden ser corregidos para tener un bien estar al final del día.

Cuando estos síntomas se muestran persistentes, debes buscar un médico:

• Pies, tobillos y pantorrillas muy hinchadas frecuentemente;
• Hormigueo persistente, impidiéndote a veces hacer algunos movimientos de los pies o piernas;
• Calambres frecuentes;
• Dolor fuerte, te impide caminar;
• Dificultad de permanecer en la misma posición sentada;
• Varices

Estas últimas, afectan mucho más al universo femenino por cuestiones hormonales e historial genético, siendo los grupos de riesgo las embarazadas y las mujeres en la menopausia.

¿Qué malos hábitos debo combatir?

• Cruzar las piernas frecuentemente;
• Falta de ejercicio físico;
• Muchas horas sentada en la misma posición;
• Exceso de peso;
• Exposición prolongada al sol.

Como podemos observar, tanto en los síntomas presentados como en los malos hábitos, verificamos las palabras: “FRECUENTEMENTE, EXCESO, FALTA DE, MUCHO DE”, es decir, son gestos repetitivos que deterioran nuestro bienestar.

Pero, ¿cómo combatirlos o amenizarlos? Es esto lo que vamos a ver ahora… ¡consejos prácticos!

• Practicar algún ejercicio físico;
• No estar mucho tiempo de pie o sentada sin hacer movimientos con las piernas;
• No cruzar las piernas;
• Al descansar, procura tener los pies elevados;
• Bebe mucha agua;
• Si tu trabajo exige que estés de pie, usa medias elásticas (pero no muy apretadas).

Vamos cuidar nuestras piernas y pies, ¡a fin de cuentas, de ellos depende la capacidad de movernos!

Hasta pronto…