¡Obrera, vives ansiosa sentimentalmente!

«Soy obrera hace poco tiempo y estoy pasando por una situación difícil. Necesito una orientación, porque no sé qué hacer. ¡Necesito una respuesta en este momento!”

Inmediatamente respondí: “¿Qué pasa amiga, en qué te puedo ayudar?

Enseguida me respondió: “Estoy feliz por que estás dispuesta para responder mi tema: Dña. Luisa, yo fui levantada obrera recientemente y existen situaciones por las cuales nunca pasé, y por eso, necesito la orientación de alguien como usted, por ejemplo, que tiene más experiencia y que ya ha pasado por determinadas situaciones en la vida espiritual.

Desde Diciembre he pasado por muchas luchas, poco a poco dejé que la ansiedad viniese sobre mi. Sigilosamente, sin darme cuenta, fue al respeto de la vida sentimental.

Estoy sola desde que llegué a la Iglesia y comencé a ver a otros matrimonio, incluso asistí a un matrimonio, y me quedé nuevamente ansiosa. Nunca hice nada malo, ni di confianza a ningún hombre. No cometí ningún pecado – si es que me entiende – pero la tristeza estaba entrando en mi corazón, y nuevamente la ansiedad me atacó.

La desesperación de no tener una persona para conversar, un amigo para desahogarme, ver a los otros felices, y yo que siempre busqué servir a mi Señor con cariño y dedicación parecía que estaba olvidada por Él.

Decidí exponer mi problema, porque he visto vuestro trabajo de acompañar a los obreros el cual admiro mucho, así como admiro su fuerza y valentía.

Pido disculpas por el enorme testamento y por los errores ortográficos, y agradezco nuevamente su atención por recibirme y atender mi problema, ¡aunque sea a distancia!.

Queridas Obreras, escribo sobre este caso, porque sé que así como esta joven, que está viviendo un “infierno” en su interior, puede ser tu caso. ¡Si! Porque la ansiedad es un tormento dentro de la persona, e infelizmente, muchas se han perdido y entregado sus vidas en bandeja de plata al diablo, en función de sus sentimientos furtivos. Todo comenzó de una forma muy sutil. Parece que no es nada malo, pero es ahí que el problema se agrava.

Lee con atención mi respuesta, que es la respuesta para muchas otras que están en “mal estado”:

«¡Presta atención! En primer lugar, no tienes que disculparte por nada, porque estoy aquí para eso, para ayudarte y orientarte.

Quiero que tú en este exacto momento, al leer lo que escribo, crees dentro de ti una indignación tan grande, hasta el punto de que abandones el infierno.

El diablo está queriendo cogerte, por lo tanto, no le des ninguna facilidad con tu ansiedad o emoción.

Ves encima de él con tu espada de fuego y acaba con ese mal en tu vida de una vez por todas. No aceptes hacerte la víctima y ni de pobrecita. ¡Basta de sufrimiento!

Si el Espíritu Santo está sobre ti, entonces que descienda fuego en ese demonio que está creando esa confusión en tu cabeza.

Yo te pregunté: ¿Quién es mayor en tu vida? ¿Ese problema? ¿Esa ansiedad sentimental? ¿O Dios que te arrancó de las garras del mal y te escogió?

Responde… y usa tu poder de razonar.

¡Levanta esa cabeza y basta ya! ¡Cree en ti misma! Tu vas a conseguirlo, como yo lo conseguí, cuando dejé de lado mis sentimientos y me apegué a Dios con todas las fuerzas; cuando yo hice uso de la inteligencia, y empecé a servir más a Dios que a mis pensamientos mezquinos y pequeños de que nunca iría a conseguir ser feliz en mi vida sentimental. Tienes que crear esa indignación dentro de ti.

¿Qué estás esperando? ¿Qué Jesús vuelva como aquellas vírgenes necias?

¡Un abrazo lleno de fe e indignación! Y usa tu fe…”

Y, para todas nosotras, esto se aplica en cualquier área de nuestra vida.

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