Obrera perfecta y Obrera disciplinada

Hoy propongo a cada una de nosotras, una reflexión profunda, y también me incluyo, pues en el momento en que deje de vigilar mi comportamiento, en todo, ¡no hay escapatoria!

Ser esposa de pastor, no quiere decir que estoy inmune, o libre del engaño.

¡Estamos en el mismo barco!

Vamos a analizar las diferencias que existen entre la Obrera perfecta y la Obrera disciplinada.

Finalmente ¿quién es esa perfecta? Es aquella que quiere hacer todo a su manera.

Y ¿la disciplinada? Para quien no sabe, disciplina viene de la palabra discípulo, que significa «aquel que sigue».

Verifica que tipo de obrera has sido:

* La Obrera perfecta tiene un pensamiento fijo de que sólo ella sabe hacer las cosas, limpiar, arreglar, organizar, etc.

* La Obrera Disciplinada, reconoce que no sabe todo, y se dispone a aprender en todo momento.

* La Obrera perfecta, actúa con arrogancia y altivez y no acepta ser llamada a la razón, pues se halla la dueña de la verdad.

* La Obrera Disciplinada, toma actitudes con cautela, atención y le gusta que las personas le digan cuando está equivocada.

* La Obrera perfecta, hace todo para no ser corregida, huye de la reprensión, por eso es exigente al extremo

* La Obrera Disciplinada, ama la corrección porque sabe que sólo así crecerá.

* La Obrera perfecta, se considera justa, sin pecados.

* La Obrera Disciplinada, ve su pecado y lo dependiente que es de Dios.

* La Obrera perfecta está siempre preocupada en agradar a los otros, a punto de pasar por cima de todo y de todos.

* La Obrera Disciplinada vive para agradar única y exclusivamente a Dios.

* La Obrera perfecta trabaja para recibir elogios y admiración de terceros.

* La Obrera Disciplinada trabaja porque simplemente ama el sacrificio.

* La Obrera perfecta es condicionada por las adversidades.

* La Obrera Disciplinada aprovecha para ejercitar su fe.

A través de estas analogías, puedes sacar tus propias conclusiones.

Generalmente cuando se piensa en disciplina, pensamos en su lado mas severo, que es la corrección. Mientras tanto, el primer objetivo de la disciplina no es corregir a nadie, sino antes, tener conciencia de cómo actuar de forma justa, y aunque nos equivoquemos, la disciplina nos da la capacidad de reconocer y de volver a acertar. Nos volvemos humildes y flexibles.

¡El amor a la disciplina, nos hace dispuestos a aprender cada vez más!

Ahora, si te ves como la «perfecta», estás revelando el mismo sentimiento que lucifer tuvo un día, cuando se halló más perfecto y capaz que Dios, queriendo tomar su lugar. Ni siquiera tengo que hablar nada más a ese respeto. ¡Sólo quiero tocar la trompeta y hacer que te despiertes para esta realidad!

«Se sincera, y comparte con nosotros tu pensamiento, dejando tu comentario sobre este asunto.”

«Todo el que ama la disciplina ama el conocimiento, pero aquel que odia la reprensión es torpe». (Prov. 12:1)