Obrera, ¿eres constante en el atendimiento?

Por increíble que parezca, el asunto sobre el atendimiento es más amplio de lo que podemos pensar.

Por esta razón, el artículo de hoy va a tratar de este tema, que se abordará de nuevo por causa de una conversación que tuve con una compañera de guerra, sobre la importancia de estos artículos, alusivos al atendimiento.

Ella me contaba que cuando comenzó en la iglesia, durante un año aproximadamente, nadie buscó saber cómo estaba, y cuando lo hicieron, su reacción inmediata fue la de no dar cabida, y decir que estaba todo bien en su vida. Algo que no coincidía con la verdad a su respecto.

Mientras tanto, aquella obrera fue muy inteligente, y sobretodo perseverante, en su sed de ganar almas. No desistió, y tuvo sensibilidad para percibir que ella no estaba tan bien como decía. Con todo el cuidado, insistió en aproximarse, y reveló su profundo interés en ayudar. El resultado fue positivo.

A medida que oía este relato, enseguida pensé en vosotras, obreras internautas, en pasaos esta conciencia, de ser perseverantes con las personas que son más cerradas y que aparentemente, no expresan abertura para hablar.

Si realmente existe dentro de ti este objetivo de ir más allá, de hacer lo que sea necesario para conducir una persona a la verdad, entonces, no vas a limitarte. Por lo contrario, dentro de ti hay una inquietud que te da sabiduría – y las palabras ciertas – con el fin de alcanzar esas vidas que literalmente están en el infierno. Pero si eres aquella obrera apagada, que no vive con el pensamiento volcado en agradar a Dios, y hacer Su voluntad, entonces, no eres más que una mera voluntaria de la iglesia, que solo hace caridad, y que descarga el peso de la conciencia, con algunos momentos de apoyo al prójimo. ¡Qué triste! ¿Es eso lo que Dios espera de ti?

Sé determinada y constante en tu atendimiento. No atiendas una vez, y punto, ya está. ¡No hagas eso! ¿Quieres saber cuál es el verdadero atendimiento?

Es aquel que acompaña a la persona, desde su liberación, conversión, ¡hasta su salvación! El Apóstol Pablo escribiendo a los Gálatas dijo: “Hijos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros,…” Gálatas 4:19.

No es fácil conducir a una persona a la salvación… ¡exige dolor!

El objetivo real de este artículo es despertaos la necesidad de que seáis perseverantes y constantes en el atendimiento…de que verdaderamente deis vida en la Obra de Dios, ¡pues esta es tu misión!

Me gustaría leer tu comentario, sobre lo que piensas a este respecto.

Recuerda que cuando escribes, razonas