Lo especial que tienes, ¿para quién será?

JOVEN, LO ESPECIAL QUE TIENES ¿PARA QUIÉN ES, Y PARA QUÉ?

Quien es especial llama la atención de todos donde está. Aquello que hace es único, no se limita para si misma, ni para otros.


Son jóvenes que están siempre a disposición, sea para lo que sea, y lo que tienen, lo sacrifican por una o más causas, y las veces que sean necesarias, ¡están siempre allí!

Constantemente, nos cuestionamos sobre las decisiones, intereses y comportamientos, porque los jóvenes tienen un sentimiento de autosuficiencia; establecen sus prioridades.

La mayoría, sin preocuparse con los resultados, destruyen todo lo que encuentran delante: relacionado con la familia, la fidelidad conyugal, respecto a los padres, los valores de su propio futuro.

En las fantasías de los jóvenes, todo está permitido, todo es bonito, todo es novedad, es relativo, la vida es solo de gente bonita, “buen cuerpo”, etc.

Para muchos, la vida es un éxito, un romance con un final feliz, el amor es libre, abierto y sin impedimentos, la vida cada uno la hace y construye como bien quiere y entiende.

Cuando se usa lo especial que tenemos para el mal, el diablo va venciendo esa disputa, se fortalece y desarrolla su reino a través de iniciativas y actitudes que podrían ser para beneficio de Dios y de si mismo.

Joven, usa tu consciencia, observa lo que has hecho con tu propia vida, deja de pensar así:

¡AH! YO SOY JOVEN, SOLO QUIERO DISFRUTAR LA VIDA.

Después yo pienso en eso, cuando llegue a la vejez… ¡¿Quién sabe si llegarás a la vejez?!

¡¿Quién sabe si hoy sea tu último día?! ¿QUIÉN TE GARANTIZA EL MAÑANA?

Todos dicen que los jóvenes son el futuro. ¡NO! Los jóvenes son el presente, porque sino invierten en una vida saludable, sino plantan una buena simiente hoy, nunca serán el futuro de mañana.

Es más, serán la tristeza, la vergüenza, serán un mal futuro, si es que llegarán al futuro, porque con el tipo de vida que llevan, (se si puede llamar vida) puede ser interrumpida en cualquier momento.

» Pero Dios le dijo: ¡Necio! Esta misma noche te reclaman el alma; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto?…” (Lucas 12:20)

¡Un abrazo!