LA VERDAD – Episodio 8 : La dificultad habla de la verdad

Jacob tuvo 12 hijos. Y el hijo más pequeño, José, destacaba de los demás. Porque él era temeroso de Dios.

Por eso, sus hermanos lo envidiaban mucho. Y todo aquel mal que no fue corregido, fue aumentando. Hasta que un día, ellos vendieron a su hermano. Y desde ese momento estuvieron sin saber nada de José.

Por causa de los celos, de la envidia, hicieron mal a su propio hermano y consecuentemente a su padre. ¿Cómo lidiaron con la mentira que le dirían a su padre? ¿Cómo fueron los años sin su hermano? Puro dolor, mala conciencia. Aún más viendo a su padre sufriendo mucho por la pérdida de su amado hijo.

En fin, toda aquella inseguridad que sus hermanos tenían, ahora, sin tener a José cerca, tenían un dolor mayor aún.

“Entonces se dijeron el uno al otro: Verdaderamente somos culpables en cuanto a nuestro hermano, porque vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no lo escuchamos, por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.” Gn 42:21

Si… la conciencia no miente. Ella nos dice la verdad.

Los hermanos de José, acusados por su conciencia, sintieron pesar por aquella situación en que estaban viviendo. Y el pasado hablaba de su pecado. Pasaron años, pero nada borró de sus memorias lo que habían hecho a su hermano y padre. Y ahora, veían en aquella dificultad, su pecado.

A veces, usted desprecia la dificultad. Pero la dificultad habla, habla mucho sobre nosotros. Pero ¿hasta cuándo va a huir de quién ha sido? Mientras que usted no se resuelve, va a vivir siempre atormentado por su error.

El secreto es librarse de todo el peso. ¿Cómo?

Perdonando a los que le hirieron. Perdonándose a sí mismo. Y, ¿sabe cómo? Haciendo lo correcto de aquí en adelante. Ya que referente al pasado, no se puede cambiar nada.

Perdonarse a sí mismo es aceptar que usted se equivocó, y cambiar. No sintiendo, sino odiando el sentimiento que le esclavizó.

¡La verdad nos libera!