LA VERDAD – Episodio 120: ¿Por qué viene la verdad?

LA VERDAD – Episodio 120 : ¿Por qué viene la verdad?

Todos buscamos respuestas, ¿no es verdad?

Procuramos encontrar el camino para la vida. Pero ¿cómo encontrar esa vida? La Biblia dice una cosa muy interesante, que tengo que compartirlo con ustedes:

Porque la ley por Moisés fue dada, mas la gracia y la verdad por Jesús, el Cristo, fue hecha.” Juan 1:17

Es decir, puede tener la información de lo que tiene qué hacer. Puede tener la orientación de alguien, a través de otra persona. Por ejemplo, el jefe le dice a un responsable de su empresa que hable con un funcionario, que está por debajo de esa persona que tiene autoridad dentro de la empresa, vamos a decir: el sr Marcos habla con José, que es un subordinado más cercano a él, y después él habla con usted. Pues si, así Dios dio la ley, las orientaciones para un pueblo que venía siendo esclavo durante muchos años.

Entonces, fue necesario tener reglas, disciplina. Y Dios usó a Moisés, Su siervo para relatar esa orden a Su pueblo. Pero todo era aún distante del pueblo, porque Dios hablaba con Moisés, no hablaba directamente con el pueblo.

Ahora, la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. Y aún el pueblo estando delante de innumerables problemas, pecados, confusión, cuando Jesús vino, vino la gracia. Aunque ese pueblo aún no hubiese recibido la verdad, apenas una orientación, algo de Dios a través del siervo de Él, y no directamente de Él, vino el Señor Jesús para dar ese acceso. Jesús dio a las personas el acceso a Dios.

Jesús, el Hijo de Dios, era el retrato, era la referencia de Dios aquí en la tierra. Entonces, por medio del Señor Jesús, el pueblo alcanzó la gracia, la misericordia de recibir a Jesús, y la verdad.

Aquel pueblo que estaba desorientado, que apenas tenía información, vino a recibir la gracia y la verdad a través del Señor Jesús.

Y como sigue hablando aquí en el libro de Juan:

A Dios nadie le vio jamás; el Unigénito hijo, que está en el seno del Padre, él nos lo declaró.” Juan 1:18

Con la venida del Señor Jesús a la Tierra, que era el Único Hijo de Dios, Él reveló quien era Dios. ¡Es muy lindo esto!

Tal vez esté delante de tantos problemas, tantas dificultades en su vida, solo ve lo imposible, el problema, pero a través del Señor Jesús va a encontrar la gracia, aunque no la merezca, aunque haya cometido graves errores en su vida, pecados grandes o pequeños, aún así a través del Señor Jesús tiene la oportunidad de tener acceso a Él, como también acceso a la verdad que vino a través del Señor Jesús. Jesús reveló a Dios, el Padre.

Tal vez se pregunte: “Viviane, pero ¿cómo voy a encontrar a Jesús? ¿de qué forma puedo relacionarme con Él, si Él no es palpable, Él es invisible, ¿cómo?”

Bueno, Dios usa la Palabra, que es una semilla, voy a relatarlo para que entienda muy bien lo que pasa con nosotros todos los días.

Nuestra mente no dirige hacia donde vamos a caminar, es decir, llegamos al final del día, estoy pensando en el día, lo que hice, lo que tengo que hacer mañana, aquella preocupación cuando empiezo a hablar sobre las cosas que estoy alimentando en mi mente.

Y mientras estoy hablando conmigo, con otra persona, sobre mi día, sobre mis preocupaciones, está pasando algo, es decir, mi alma está siendo llevada hacia dónde la estoy dirigiendo, es decir, hacia las preocupaciones.

Por ejemplo, estos días por la mañana, estaba meditando, y Dios habló algo tan bueno conmigo, y me alegré…, pero al llegar el final del día tenía mis pensamientos a mil, pensando un montón de cosas que tenía qué hacer, con la mente acelerada. Y ahí recibí un mensaje diciendo que al día siguiente debería hacer una reunión con las novias de pastores. Enseguida mi mente me dijo: “Voy a levantarme temprano, tengo que prepararme, no puedo estar con la mente acelerada”.

Y al día siguiente, discipliné mi mente, dominé la situación. No me permití estar de esa forma. Es decir, tuve que razonar.

Y así hacemos cuando usamos una fe inteligente. Razonamos con aquello que estamos viviendo, según lo que hemos vivido en la fe.

Y enseguida temprano, cuando fui a meditar, Dios habló conmigo. Antes de yo leer Su Palabra, empecé a hablar con Dios de las cosas que percibí el día anterior.

¡Mire qué interesante! ¡Mire cómo la fe es racional! Como la fe no tiene nada que ver con lo que siente. Sino con aquello que tiene que ser hecho, aquello que es correcto, aquello que es justo, aquello que le da paz. Paz con Dios.

La manera en que yo estaba no era buena, no me realizaba, aunque estuviese resolviendo problemas y situaciones, mi mente estaba llevándome a un camino de independencia. Pero cuando pensé, razoné, tomé dominio sobre la situación, empecé a disciplinar, es decir, ese Jesús del que estoy hablándole, Él enseña la Verdad.

Tenemos maneras de actuar, de errar, porque pensamos que estamos haciendo nuestra parte con las responsabilidades, pero Jesús vino a traer la Verdad. Es decir, es Él quién va a dirigir lo que yo tengo qué hacer, y fue exactamente eso lo que pasó.

Dios me mostró en detalles cosas que tengo que hacer, es decir, verdades que no veo de forma natural, sino sólo a través de una fe inteligente.

Usted y yo reconocemos a Dios a través de aquello que Él nos revela. Ahora, imagine, si permite que su mente esté ocupada con tantas cosas, ¿cuándo Él tendrá acceso para guiarle al Camino, la Verdad y la Vida?

¡Así es difícil! Porque se guía con sus propias opiniones, con sus ideas, con sus pensamientos, con su manera de ser, y Dios no puede hacer nada. ¡Permita que Dios entre en su vida!

Y ¿cuándo invita a Dios para que entre en su vida? Cuando piensa en Su voluntad.

La voluntad de Dios no es una cosa que le deja preocupada, ansiosa, ¡no! La voluntad de Dios le da paz y realización. ¡Y es esa Verdad que necesita encontrar!

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