La Sonrisa de Sara

» Y dijo Sara: Dios me ha hecho reír; cualquiera que lo oiga se reirá conmigo.”
Génesis 21:6

Cuán grande es la alegría después del parto ¿no es verdad? ¿Qué madre se acuerda de los terribles dolores de contracción cuando ve el rostro de su hijo?

¿A quién le importa el cuerpo deformado después de 9 meses de gestación, si todo el sacrificio la hizo conocer el amor incondicional?

Ciertamente Sara se olvidó de los largos años de espera cuando Isaac nació, así es la verdadera alegría, aquella que viene del Espíritu, ¡aquella que celebra la conquista por la fe!

Contagia a todos a nuestro alrededor, nos hace olvidar de todas las luchas que pasamos y renueva nuestras fuerzas para la próxima batalla.

De la misma forma que una mujer conoce el verdadero amor solamente después de ser madre, la mujer humana solo puede tener esta sonrisa espiritual, que lava el alma, después de haber tenido su experiencia con Dios, son experiencias que cambian nuestra vida, que hacen una marca de “antes y después”.

Vamos a aprovechar este tiempo para buscar tener experiencias con Dios, y que podamos celebrar como Sara, contagiando a todos los que oigan nuestra risa, para que quede evidente Cuán grande es nuestro Dios.