La Promesa
- 29
- Oct
- 2012
“Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame.” (Hechos 2:39)
La promesa es para nosotros; para los que vendrán, y también para los que aún están lejos… Lejos de reconocer.
No importa quién fuiste, lo que hiciste; lo que cargas o qué es lo que aún no venciste.
¿Sabes qué es lo que le importa a Dios?
Tu sed de ser justa, verdadera y aceptable a Sus ojos.
Otra cosa fundamental para Dios – e imprescindible – es tu sinceridad. No basada en lo que sientes, sino en lo que crees.
La promesa es para ti, amiga lectora:
Por más feo que sea tu pasado, horroroso y asustador; siempre hay una salida para quien se encuentra perdido.
Dios no quiere estar distante; Él está presente en todos los momentos y quiere vivir “cerquita” de ti… Sólo tienes que invocarlo.
Tú eres tan especial, hasta el punto que Él se entregó en la cruz por ti. Fue considerado maldito, llevó todos tus dolores y pecados, y los de todo el mundo, sin importarle si lo aceptaríamos, o no.
Pero sólo tenemos derecho a esta promesa cuando Lo asumimos.
¿Estás lista para asumir un compromiso serio con el Señor Jesús?