Carina Dias

Tapando el Sol con el colador

“¡Aún no tengo una foto contigo!” Oí aquella mañana, y me alegré muchísimo. No todos los días ocurre algo así…

Allí estábamos nosotras, en el mismo lugar que Juan el Bautista, en pleno desierto, sin condiciones; sin multitudes, en un lugar estéril y difícil, donde anunciaba la verdad…

Pero esa verdad es dura y, por eso, muchas veces tenemos que estar donde no hay nadie que pueda interferir o impedir que sea oída y comprendida.. es decir ¡solos!

Aunque estemos rodeadas de tantas tareas para cumplir, con tantas personas que ayudar; tenemos que tener tiempo para mirar hacia nosotras mismas.

Fue justamente esta la invitación que recibí de su parte, de mi amiga Vivi, el último día del viaje a Israel.

Siendo ella transparente al compartir su experiencia en aquel lugar tan maravilloso, me llevó a analizar el motivo de estar lejos de mi país; del lugar donde ya estaba acostumbrada, para percibir en “qué” o “quién” me estaba apoyando, ¡de qué o quién realmente estaba dependiendo!

Conclusión: Me estaba acostumbrando al nuevo lugar; las nuevas circunstancias, apoyándome en nuevas cosas y personas, sin realmente haber pasado por el dolor de estar sola. La evitaba para no tener que mirar dentro de mi, pensando que ya lo había hecho…

Sus palabras se quedaron plantadas en mí, pero tardaron en dar frutos por la dureza de esta tierra; mi corazón orgulloso y acomodado; perezoso y engañoso, que siempre me quiso hacer “sentir” bien, sin buscar dentro de mí esas pequeñas “arenas” que me atrapan y me impiden usar la cabeza y pensar, evaluar mi vida delante de Dios y ¡no delante de los que me rodean!

Es más fácil decir: “¡Ah, pero yo dependo de Dios… mi vida está en el Altar!” Pero entonces, ¿porqué cada vez que soy puesta a prueba, temo, pienso que no seré capaz? ¡Es porque no ha existido dependencia de Él! Y eso tiene que ser resuelto… basta de tapar el sol con el colador…

Besitos

Agradezco la oportunidad

Carina Dias