¡La peor persona del mundo y el perdón de Dios!

Viviane Freitas

  • 21
  • Jun
  • 2013

¡La peor persona del mundo y el perdón de Dios!

  • 21
  • Jun
  • 2013

«Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y cinco años en Jerusalén. E hizo lo malo ante los ojos del Señor conforme a las abominaciones de las naciones…” (II Cr.33.1,2)

Hoy, no dejamos de ver está situación repetirse: Muchas personas, sin madurez espiritual, están “reinando” dentro de sus Iglesias, casas, trabajos, etc…

Y muchas veces, son vistas, incluso, como supuestas “referencias” para otras personas, porque no podemos olvidar que incluso Manasés, habiendo cometido tantas atrocidades, fue aceptado y seguido por el pueblo de Jerusalén (que representa la Iglesia). Y reinó durante tantos años de una forma tan cruel.

Esto nos prueba que el tiempo de Iglesia, de “reinado”, no significa que la persona sea espiritual. Puede incluso permanecer siendo una “referencia”, ya para el bien o para el mal.

Personas con el mismo espíritu de “Manases”, hasta hoy continúan “influenciando” de forma negativa a los demás, transfiriéndoles la idea de que: “No es necesario ser espiritual para ser aceptado.” ¡Esto ocurre porque la persona es “carnal” y está reinando hace muchos años!

Sus deseos están la mayoría resguardados en su interior. ¡Nadie los ve, pero su instinto es malo!

Todo lo que es hecho o planeado por ella, no consiste en agradar a Dios, sino a en su propio beneficio, para ser bien vista.

¿Y cómo detectamos este tipo de persona?

Dentro del ambiente en el que convive (Reino), ella es la que hace y deshace. Orienta, reprende, exhorta, ósea, mantiene las apariencias, pero, dentro de ella, existe abominación, y eso nadie lo ve. Mientras tanto, cuando está lejos de su ambiente en el que convive, donde no “reina”, toda la postura y comportamiento se resumen a nada.

Amiga lectora, el altar represente a Dios, y nosotras a la ofrenda, entonces, nunca te olvides que todo lo que haces, las decisiones que tomas y lo que Le dedicas, representan, igualmente tu ofrenda.

Para que haya un cambio en tu vida, es necesario que haya súplica, angustia. Sin embargo, si no hubo un fondo del pozo, si no ves tus errores como algo angustiante e infernal, ¡nunca habrá en ti ese cambio! Y esta angustia no es por lo que otros piensan a tu respecto, sino por el estado en que se encuentra tu vida.

Es humillarse delante de Dios, ver tu real situación. Sólo así Dios será favorable exclusivamente contigo.

Solamente después de este proceso muestras que reconoces a Dios como tu Señor, ¡provocando una revolución en tu propia vida!

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6 comentários

  1. Sra:

    Tan cierto como DIOS existe!

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  2. Es cierto debemos de pensar n o hen el tiempo de iglesia que tenemos sino en la comunion que tenemos con Dios no cuanto tiempo de obrara sino la calidad de obreara entonces cuidemos de nuestra vida Espiritual

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  3. Este mensaje muestra que debemos examinarnos dias tras dias para no llegar a ser cono manases, alguen que dice ser de dios, pero al mismo tiempo ella sabe que dentro de ella no esta bien. Es asi sra debemos humillarnos delante de dios sacar lo malo de adentro para ser una verdadera de dios y dios nos va a honrrar..

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  4. Cierto solo Dios y nosotros mismo sabemos lo que hay en nuestro interior pero Dios es misericordioso y permite que nos arrepintamos y vallamos al frente para agradarle

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  5. ESO ES MUY CIERTO,
    MANASES TUVO UN REINADO DONDE PROVOCAB A A DIOS Y HACIA TODO PARA PROVOCAR LA IRA DE DIOS , CUANDO MANASES RECONOCIO QUE SIN DIOS NO PODIA , CUANDO SE HUMILLO ANTE DIOS Y PIDIO PERDON DE CORAZON, DIOS CON SU INFINITA MISERICORDIA LO PERDONO..
    NOSOTROS SOLO HUMILLANDONOS ANTE SU PRESENCIA . SOLO CON HUMILDAS Y SIRVIENDO SEREMOS ESAS PERSONAS QUE COMO USTED DICE «Sólo así Dios será favorable exclusivamente contigo.»

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  6. Los años de iglesia, no nos garantizan nada, ni espiritualidad, ni salvación. Solo con la mirada puesta en Dios, conseguimos, tener su visión, pensamientos, y comunión. Ser conscientes que sin El nada somos, analizar nuestro comportamiento y palabras, humillarnos. RENOVARNOS, Nos mantiene en la fe hasta el fin

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