La fe emotiva se ofende cuando se reporta su mal procedimiento

La fe emotiva se ofende cuando se reporta su mal procedimiento

Hemos hablado de un hombre que tenía una deuda impagable, pero que fue perdonado por el rey.

Sin embargo, cuando llegó el momento de él perdonar a una persona que también le debía, negó el perdón y lo echó a la prisión.

Este siervo no tuvo piedad, pero en toda esta injusticia, aparentemente, sin consecuencias en el momento, él se olvidó de que llegaría un día en que nuestras acciones, actitudes, comportamientos, … serán juzgados delante de Dios.

Nuestra forma de comportarnos, de actuar… está siendo vista por Dios, por el diablo, pero también por las personas de nuestro alrededor. Y ¿qué estamos hablando a través de nuestro comportamiento?

Observa la continuación de esta historia:

 “Y cuando sus consiervos vieron lo que pasaba, se entristecieron mucho, y viniendo, dijeron a su señor todo lo que había pasado.” Mt 18:31

Las personas que están en nuestra convivencia observan nuestro comportamiento y se entristecen por nuestras malas elecciones. Es decir, si ellas se entristecen es porque quieren nuestro bien, pero la fe emotiva no lo ve así.

La fe emotiva se siente ofendida e in justiciada cuando es reportada por causa de sus acciones erradas.

Entonces llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné porque me rogaste.” Mt 18:32

Si… cuando actuamos de forma errada, ¡vamos a tener que dar cuentas! ¡Pero la fe emotiva no se prepara para esto, ella solo que prepara para lo que siente!

Bueno, el rey, que simboliza Dios, habla con el que es racional:

¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, así como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor se enojó, y le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.” Mateo 18:33,34

Si… ¡Dios se queda indignado! Quien piensa que Dios no siente nada, ¡está equivocado! Dios siente porque Él ama.

Cuidado con aquello que a usted le ofende. El sentimiento de víctima le hace mal. Entonces, reprenda lo que siente y compórtese de forma justa delante de Dios. Para que así usted pueda tener la conciencia limpia.

La decisión se toma en la mente, ¡la corrección también! Por eso, todos podemos disciplinarnos.

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