LA CODICIA – Episodio 7 : La codicia retiene

¿Ha pensado en usted deseando una casa, una familia grande, casarse en una iglesia…, en fin, en tantos deseos que tiene, qué hace con ellos? Normalmente, invierte en ellos, ¿no es verdad?

Bueno, vamos a ver lo que dice la Biblia sobre el codicioso:

“Hay quien todo el día codicia; mas el justo da, y no escatima.” Proverbios 21:26

¿Qué palabra? ¿no? ¡Parece una flecha!

La Palabra de Dios es directa al punto y es eficaz, pero sólo para aquellos que la aceptan.

La verdad es que el egoísta tiene sus codicias, vive deseando, teniendo sus sueños y no está dispuesto a deshacerse de aquello que tiene.

Esto incluso me hace recordar a aquel joven rico, que le dijo al Señor Jesús que Él era un Buen Maestro. Interesante, ¿no?

Y él le preguntó a Jesús: “¿Qué puedo hacer para heredar la vida eterna?”

Y el Señor Jesús dijo: “Cumple los mandamientos…”

Y él dijo: “Pero, hago eso desde siempre.”

Y ahí el Señor Jesús dijo: “Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres…”

¿Sabe? En mi vida particular, veo a Dios enseñándome a nunca retener, a desapegarme de todo, incluso de la familia, cosas, sueños, ¡todo, todo, todo!

¿Sabe por qué? Porque si es realista, sincero con usted mismo, va a ver que su codicia no le hace ser desprendido, sino que le hace ser egoísta.

Por eso la Biblia dice: “Hay quien todo el día codicia; mas el justo da, y no escatima.” Proverbios 21:26

Alabo y agradezco a Dios por todo lo que Él me ha pedido. Voy a decirle más: voy a continuar dando. Porque todo lo que retengo me trae tanto dolor de cabeza, porque  cuando retengo vienen  problemas.

Si se da cuenta, hasta su cariño excesivo por su familia, por su marido, puede crear una codicia. Por ejemplo, a veces está tan preocupada en dar lo mejor, ayudar, que termina queriendo controlar, hacerle a él o a aquella persona a su manera. Cuando lo justo, que dice la Biblia, es aquel que vive por la fe, es aquel que da, es decir, que cumple su deber de usar la fe.

La fe me hace dar. No me hace retener, tener miedo, no me hace cansarme de hacer el bien. ¡No!

La fe me hace continuar dando, es decir, quien da no tiene malicia.

Quién da no es una persona difícil.

Quién da está preparada, es moldeable para hacer lo que tiene que ser hecho.

“El justo da y nada retiene”. Ahí está el consejo. ¡No dejará de recibir!