LA CODICIA – Episodio 13: La codicia y la lascivia

LA CODICIA – Episodio 13 : La codicia y la lascivia

¿Sabe cuándo tiene un deseo desmedido por el poder, por el dinero, por los bienes materiales? Usted no tiene condiciones, vive con ciertas limitaciones, sin embargo, su deseo le hace envidiar. Es ese deseo desmedido de gloria, de tener una reputación, con cosas, con bienes, con ambición. La codicia es un deseo intenso de conseguir algo.

Hemos hablado estos días sobre las obras de la carne, que son manifiestas, son caracterizadas a través del adulterio, de la fornicación (que es sexo antes del matrimonio), impureza, y hoy vamos a hablar sobre la lascivia, que es el sexo desmedido, con uno, con otro, con varios tipos de sexo, varios tipos de personas, hombre y mujer. Hoy en día las personas están inclinadas a una variedad de sexo.

A veces, incluso la ropa de la persona muestra cuando ella se inclina para la sensualidad. La ropa habla, la forma de andar, la forma de mirar, la forma de conducirse, sin ningún pudor, sin ninguna vergüenza, con ropa provocativa para llamar la atención de los hombres, es decir, la mente de aquella persona planea crear un impacto en todos los que la vean, en su ropa, en su cabello, en su manera de ser.

Y así muchas personas se han comportado, porque su mente está dirigida a los placeres del sexo.

Sabe, o vive en la carne o vive en el Espíritu.

En el Espíritu es cuando tiene la mente en las cosas de lo Alto, cuando piensa en agradar a Dios, cuando tiene cuidado de vivir una vida recta, de servir a Dios, de agradarle, de disciplinarse a si mismo en pro de agradar a Dios. Agradar a Dios es algo simple, puro, que le hace bien tanto a usted como a las otras personas.

Me estaba acordando de algo que sucedió, que presencié de una persona muy cercana, ella me contó su historia. Antes de haberse casado con su marido, tuvo una relación sexual. Y fueron corregidos en aquella época, después de casaron. Pero ¿qué pasó? Eran una pareja llena de complicaciones. Él muy orgulloso, ella muy sentimental. Después de unos años, él la traicionó. Y después, fue descubierto, pidió perdón, dijo que quería cambiar, y le dio una oportunidad. Pero, después de un tiempo, volvió a cometer el mismo error, la traicionó nuevamente.

Esto es lo que supimos, no sabemos las entrelineas, lo que realmente pasó, pero, al ver esta situación me impactó mucho, porque me comentó que cuando fornicaron, ya estaban en la iglesia, decían ser de Dios, etc.

Pero, preste atención, ¡mire lo que hace el sexo! La persona no tiene pudor. Usted que vive así, hace lo que le apetece, con hombre, con mujer, con cosas, con todo lo que se puede imaginar, … hoy en día, siempre hay algo que inventar. Las cosas de Dios son simples, muy sencillas y no hay que inventar nada. Sin embargo, el mundo empieza a inventar muchas formas.

 ¿Y qué pasó con esa pareja? Se divorciaron infelizmente. Tenían una hija adoptada, y la hija también sufrió con la separación. Porque es una marca muy profunda para un niño que, además del hecho de ser adoptada, también vivió esa situación en la familia.

Pero, ¿todo esto por qué? Porque cuando la persona no tiene responsabilidad, vive en función del sexo, no trae seguridad a su compañero, porque los dos cometieron el error. En este caso, ella era celosa, él era muy inseguro, en fin, el mal empieza a habitar en la persona porque hubo una entrada, una puerta que ella abrió.

Cuando no se tiene temor a Dios, existe un desorden. No se puede formar una familia, ya que si la persona no es de Dios, no es una persona de confianza.

Si la persona que es nacida de Dios, bautizada con el Espíritu Santo, tiene que estar siempre disciplinándose, ¿imagine una persona que ni es nacida de Dios, de lo que es capaz de hacer? ¿No es así?  Pues si, este ejemplo negativo fue, para mi, una manera de entender el pecado.

El pecado hace que la persona viva esclava, en este ejemplo, ella intentaba salvar su matrimonio, y lo perdonó, algo que es difícil, pero la cuestión no era sólo el perdón, sino el cambio de espíritu, tanto de ella como de él.

Porque cuando se casa con alguien, se alía a aquella persona con  quien va a vivir toda su vida. Y si aquella persona o si ambos, no tienen pudor, no tienen respeto uno con el otro, mientras que esta soltera, diciendo que es de Dios, ¿cómo sería al contrario estando casada?

Si la persona no tiene respeto al ser humano, no tiene respeto a Dios, ¿cómo va a durar esa relación? Lo que hace a la persona ser feliz es justamente la disciplina.

Por ejemplo, la persona que es de Dios es disciplinada. No se inclina al sexo. Si está casada tiene relaciones íntimas, sexo, con su marido, con su esposa, dentro de las normas, dentro de lo natural, y no inventa cosas como este mundo vive, a través de las películas que ponen imágenes en la cabeza de las personas, de lo que tienen qué hacer, crear, es decir, algo diabólico, que esclaviza a la persona y nunca se realiza, por más que ella “realice” sus deseos, su voluntad, sus concupiscencias, aún así falta algo, existe un agujero en su alma, porque no es eso lo que necesita.

La codicia es exactamente eso: la persona desea algo que no necesita. Aquello que no necesita y que no tiene que tener, algo que le hará mal. Por eso, cuando Dios hizo reglas para el matrimonio, el tener una alianza para después tener el acto, es porque existe un orden, una disciplina que tiene que ser respetada.

Si sobrepasa eso, abre las puertas para el mal y deja de sentirse seguro, tanto usted como la otra persona. Porque después muchas personas piensan así: “Ah, fui usada, … fui esto…”, pero ¿no lo permitió? ¿No buscó a la persona en un ambiente inadecuado, como en la discoteca?

Las personas no se dan cuenta del desorden que ellas mismas generan en sus vidas. Y esto es lo que la Biblia dice:

Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, lascivia, …” Gálatas 5:19

La lascivia es sexo desmedido, sin fronteras, no hay masculino o femenino, no tiene pudor, no tiene vergüenza, no tiene reglas, es decir, las personas que viven esclavas de esto están sufriendo.

Si quiere salir de esta esclavitud, quiere tener un matrimonio, quiere ser un padre, una madre de verdad, ha herido a sus hijos, a su familia, a esa persona con quién se relaciona, porque no es fiel, vive amargada por la vida que ha llevado… si está en esta situación y quiere ayuda vaya hasta la Universal más cercana y converse con uno de los pastores.

También tenemos la Central de Atendimiento dónde puede llamar ahora mismo (11) 3573-3535, o acceder a la web: pastoronline.com ¡y recibir atención en este momento!

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*