LA CODICIA – Episodio 12 : La codicia tiene impureza

¿Quiere conocer a alguien o a si mismo? Basta ver lo que se ha manifestado en su vida, las obras son caracterizadas según lo que alimenta.

Hemos hablado sobre la codicia. Y la codicia es algo que se ha nutrido, algo que le gusta a la persona. Entonces, las obras de la carne, quiere decir, las consecuencias de una persona que vive en la carne, y no vive pensando en agradar a Dios, vive para si mismo, para sus deseos, son manifiestas a través de problemas terribles como el adulterio, fornicación, impureza.

Hoy vamos a hablar sobre la impureza, aquello que contamina a la persona, aquello que no es puro. ¿Cómo afecta esto en una persona? Cuando ella manifiesta esa impureza, ciertamente es porque vino de algún lugar, alguna idea, alguna información.

Antes, por ejemplo, Adán y Eva andaban puros en el jardín, ellos no tenían malicia, sin embargo, a partir del momento en que la mujer tomó del fruto y le dio a Adán, a los dos le fueron abiertos los ojos y empezaron a ver que estaban desnudos. Es decir, cuando acepta que la información del mal entre en su vida, usted acata y recibe la impureza.

Por ejemplo, asiste películas pornográficas, series fuertes, que le estimulan a tener fantasías, a tener ojos promiscuos. Mira a una mujer, a un hombre teniendo fantasías. ¿Por qué? Porque vino una idea satánica, la acató y le gustó aquello, lo disfrutó. La impureza es así. Ella corrompe lo que es puro, lo que antes no veía de esa manera, empezó a verlo por causa de su mente.

La impureza viene a través de informaciones, de imágenes, del interés, de la atención de la persona. Si nunca asistió una película pornográfica, no va a tener esas ideas. Pero una vez que ve la escena, tendrá la idea, y muchas personas ha estado viciadas a eso.

La impureza no sólo sucede con los ojos, sino también con aquello que se escucha, es a través de los sentidos ¿no es así? Usted vio, y, a veces juzga por la apariencia, la impureza es así, empieza a ver con otros ojos, a tratar de otra manera, porque alimentó una cosa en su mente, ósea, los sentidos abrirán la puerta para que acepte la impureza. Y es en la mente donde la persona alimenta las ideas satánicas.

Y si encaja en esta situación, tiene una mente corrupta, quizá por algo que vivió en el pasado, piensa mal de todos los hombres, juzga a las personas, piensa en lo negativo, y las cosas que ha guardado y le han hecho mal.

Es importantísimo librarse de aquello que le ha hecho mal. Pero para librarse, tiene que detectar lo que está haciendo mal. ¡Y es esto lo que debe hacer ahora!

Me acuerdo que cuando era niña, unas chicas de la escuela estaban hablando sobre un tema, y eso agudizó mi curiosidad, observe que la impureza viene por una información, por el ambiente en el que vive, por ejemplo, en la escuela, en el trabajo, en la universidad.

Muchas cosas que las personas terminan haciendo es una idea que otros le dieron. Y esa idea vino de algún lugar, y la raíz de ese mal viene del diablo, porque es esto lo que él quiere hacer en la vida de la persona. Él quiere corromper las buenas costumbres, quiere quitar, arrancar la pureza de aquella persona, hacerla esclava de determinados sentimientos que la mantienen presa, para que ella no viva sin aquello.

La impureza esclaviza a la persona, es decir, cualquiera de estos pecados que se han dicho aquí de las obras de la carne, como el adulterio y la fornicación, una vez que la persona los comete, es incentivada a hacerlo de nuevo, es decir, nunca se satisface y además perjudica su vida, le hace mal.

Por eso una persona que tiene sexo antes del matrimonio, que es soltero, y no entró en alianza, está dejando que sus emociones, su intimidad sean entregados a cualquiera. Cuando en realidad, Dios creó la intimidad de la pareja para el matrimonio, al marido y a la esposa, no para vivirlo libremente, con varias personas, de ambos sexos, ¡no! es apenas con el marido o con la esposa.

Pero, hoy en día, todo ha sido corrompido, las buenas costumbres, la pureza… y esto ha entrado en la mente de las personas y han asociado esto con algo común.

Esta mentalidad esta siendo infiltrada a través de las redes sociales, de las películas, de las series, de las noticias, de los famosos. Todo aquello que es aplaudido es lo que estimula a las personas a absorber, a aceptar aquella idea.

Por eso, debe tener mucho cuidado con los ambientes en qué usted vive, con las amistades que lidia. Prefiero estar en lugares que me guardan, que me protegen, con personas que sólo me van a sumar y no me hacen mal.

Hago elecciones en mi vida para guardar mi fe, mi mente. No asisto a muchas películas, series, es muy raro, justamente por eso, porque quiero guardar mi mente. No quiero vivir con la mente del autor que escribió aquella película y que quiere llevarnos a tener una idea, un pensamiento, acatar aquella idea de él como algo natural. ¡No quiero eso para mi!

Las obras de la carne incentivan a las personas a seguir buscando cada vez más aquella esclavitud que corrompe la pureza. Por eso, usted es responsable de las cosas que ha escogido, no es Dios, ni el diablo.

¡Quién hace las elecciones es usted!

Es usted quién acepta, quién acata, a quién le gusta, es quién estimula, quien se incentiva a si mismo a buscar lo que busca.

Sus obras se caracterizan por aquello que le gusta, por aquello que hace desde hace tiempo, aquello que realiza, esto se materializa como las cosas de Dios también. Si elimina de su vida todo aquello que le hace mal, que le corrompe, verá que su mente quedará limpia.

Como, por ejemplo, en el Ayuno de Daniel, cuando las personas se apartan de las redes sociales y tienen una mente sana, empiezan a invertir en los pensamientos de Dios.

Pero imagine que invierte por un tiempo y después vuelve a las cosas de la carne, es decir, es estimulado a invertir en la carne.

Las cosas de la carne no vienen de un momento a otro, hay un tiempo en que usted está estimulando, incentivando, trabajando en aquello. ¡Por eso es tan importante que razone y perciba cuáles han sido las elecciones en su vida!