Jóvenes manipulados

Todos los domingos por la tarde, participamos de la “charla joven”, sin pelos en la lengua.

Allí, son discutidos varios asuntos, y las jóvenes tienen la oportunidad de aclarar sus dudas y contarnos sus experiencias.

El domingo pasado, una joven nos contó un poco de su historia. Entonces, decidí escribir, porque, quién sabe si tú estás pasando por lo mismo:

Ella tenía un novio que “se creía” que todo era él: Era el más inteligente, el más capaz, en fin, era el rey del mundo, la “coca-cola en el desierto”.

Eso la hacia a ella sentirse por “debajo”… la decía que ella nunca sería capaz de algo, sin él, que necesitaba de él para todo, etc…

Y lo peor, ¡es que ella le creía! Lo que él decía era ley, obedeciendo sin cuestionar. ¡Era increíble!

Fue así que ella vino hasta nosotros, empezamos a ayudarla. Él también venía, además, él decía que era de Dios, pues sabía todo de la Biblia y venía a la iglesia.

Varias cosas que él le proponía hacer, se basaban en la Palabra de Dios, ella le creía.

Pasaron muchos años así: Ella siendo manipulada por él. Incluso oyendo nuestras orientaciones, era incapaz de pensar por sí misma y no conseguía tomar una actitud sola.

Hasta que después de mucha lucha, sus ojos fueron abiertos y ella comenzó a ver un “montón” de cosas erradas, que él hacía.

Incluso, salía con dos más además de ella. Quiere decir, con un novio de esos, ¡¿quién necesita enemigos?!

Hoy ella es feliz, realizada en su vida sentimental, hay una persona a su lado que la ama y la valora.

¿Pero por qué? Porque ella decidió valorarse.

Y es esto lo que ocurre con la mayoría de las jóvenes: no se dan el debido valor.

Piensan que nadie va a quererlas, y sufren durante años en manos de sujetos idénticos a los que acabo de mencionar.

Pasan años de sus vidas siendo manipuladas; esclavas, esa es la palabra correcta: ESCLAVAS.

Y quién sabe si tú eres una de ellas.

¡Sí! Tu misma que lees este artículo. Quién sabe quizá no eres manipulada por un novio, pero eres manipulada por otras situaciones.

Entonces es hora de despertar, dar un basta y ser tú misma, tener opinión propia.

ES HORA DE TOMAR UNA ACTITUD Y VALORARSE.

Tú no necesitas que nadie te valore, valórate tú misma, porque Dios ya te valoró hace mucho tiempo atrás, cuando dio Su Vida allí en la cruz.

¡Un abrazo!