Jóvenes : Indefinida

“No sé quién soy”. Esta es la respuesta de muchos jóvenes cuando se les pregunta “¿quién eres?”.

Recuerdo un episodio, cuando era niña, estaba dibujando y una vecina me dijo que yo dibujaba muy bien, ¡que era una artista!

Yo, satisfecha con tal elogio, ¡lo creí! Hasta ese momento, dibujaba apenas para pasar el tiempo. Pero después de estas palabras comencé a tomar este hobby muy en serio, me empeñé en ser mejor. Y claro, cuando me preguntaban qué quería hacer cuando creciera, respondía rápidamente: ¡Dibujante! Hasta que, ya en la escuela, oí un comentario reprobando un dibujo que había hecho. Quedé decepcionada con esas palabras y, en seguida, mi objetivo se fue hacia abajo. Ya no sabía lo que quería ser ni sabía cuál era mi talento.

Una palabra puede influenciarte, pero creer en esa palabra es lo que hace que todo cambie.

La verdad es que nosotros seremos lo que creamos que podemos ser. Y cuando creemos, invertimos toda nuestra fuerza en transformarnos en el tipo de persona que imaginamos.

¿Cuántas veces te sentiste incapaz porque te dijeron que no podías? Lo creíste. ¿Y cuántas veces, en una situación difícil, te dijeron que ibas a lograrlo, y tú, sin saber cómo, lo conseguiste? Creíste en aquellas palabras.
Durante el día escuchamos muchas palabras que no podemos evitar: elogios, críticas, reprensiones, aprobaciones, etc., pero tenemos, sí, el poder de creer, o no, en ellas.
Cuando creemos en una palabra actuamos como si fuese verdadera.

Recuerdo, cuando comencé en la Fuerza Joven, que era muy tímida. Hablar en público era aterrador, pero creí en una palabra que, hasta el día de hoy, me hace superar cualquier desafío:
“Porque yo, el Señor, soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo” Isaías 41.13

¡Él me dijo que me ayudaba! No que hacía todo por mí, o sea, soy yo quien tengo que querer desafiarme, tengo que lanzarme, tengo que querer conocerme, tengo que DEFINIRME.