Hacerte un Líder

Después de que Dios le pidió o le exigió algo a Abraham, Él hizo la promesa:

“Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.”(Génesis. 12:2)

La condición para oír la promesa es: Oír lo que es necesario hacer, antes de obtenerla.

¿Por qué?

Para no quedarte en la expectativa de una emoción; de apenas recibir.

Para recibir, hay que probar lo que se dará. Y esta prueba revelará para el individuo quien soy y no lo que digo ser o sueño obtener.

Y para ser un líder espiritual, hay que aprender a ser líder de la propia vida antes de nada.

Observa si Dios decía a Abraham que hiciese algo referente a las personas. Cámbialas. Quítalas de la tierra. ¡No!

¡No, no es así!

Dios habló exclusivamente con Abraham porque él materializó con actitudes una verdad en la cual creyó: Ser fiel a una única esposa por su propia decisión.

Abraham podría aprovechar la esterilidad de su mujer para entregarse a otras, sin embargo, incluso con estas condiciones, él accedió a llevar consigo el dolor de no tener su propio hijo. Prefirió esto, a sacar provecho con otras mujeres, para practicar una costumbre a la cual él mismo no aceptó sujetarse Algo que para él, en particular, era injusto.

Cuando Dios habla con alguien, es porque ella misma escogió no sujetarse a su dolor a cambio de la recompensa de un deseo. Mostrando así su preferencia en ser justa en aquello que es correcto y le hace bien.

Y fue en estas condiciones que Dios se hizo presente en la vida de Abraham: entregado a su inteligencia y, no a sus emociones.

Entonces…Dios invirtió en él.

Se invierte, no exactamente en muchas cosas o en alguna necesidad, sino en la raíz de donde fluyen todas las cosas.

Dios le exigió a Abraham aquello que necesitaba hacer por su propia vida. Y Dios se lo dijo porque se destacó y era capaz de oír.

Entonces… la promesa es para aquellos que se hacen capaces de renunciar y sacrificar.

No esperes “magia” en tu vida; que Dios haga todo por ti. Tiene que existir entrega.

Y para entregarse, existe la necesidad de explorar el mundo en el cual se vive.

¿Qué mundo?

El mundo que desconoces a tu respecto.
El mundo al que te habituaste y piensas que es natural vivir.

Para explorar, es necesario descubrir y afirmarse en aquello que te has definido a creer, aunque sientas dolores por la ausencia de esto, para obtener lo que será una garantía – que es una vida inteligente.