Episodio148 – ¿De qué forma Dios es glorificado?

¿Ya pensaste en lo que te deja muy feliz?

¿Qué es lo que hacen las personas que te hace sentir honrado y valorado? Bien, puedes hacer una lista de las cosas que te honran como hija, hijo, marido, esposa, empleado, entre otras cosas, pero ¿y Dios? ¿Qué glorifica al Dios Padre?

Jesús dijo lo siguiente:

«En esto es glorificado Mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois Mis discípulos.» Juan 15:8

¡Qué lindo! ¡Qué ejemplo, qué nivel!

Dios quiere que des mucho fruto.

El fruto es algo que habla del árbol, de dónde te encuentras. Si no produces mucho fruto, no tienes nada que decir sobre ti.

Pero Dios es glorificado cuando das mucho fruto, y ese mucho fruto no es algo pasajero. Por ejemplo, si tienes éxito en tu trabajo, eres honrado allí, sin embargo, eso pasa, beneficia a la empresa, les hace bien a algunas personas, pero no produce vida, porque es una alegría temporaria.

Bien, cuando das mucho fruto no es algo exterior, sino interior, y no hay manera de que des fruto si no estás en la vid, si Jesús no está en ti.

Por lo tanto, cuando das mucho fruto, hablas de Dios a través de tu vida, la vida de alegría, de mucha paz, de satisfacción, de realización, no solo externa, sino interior, porque todos los problemas que surgen, es decir, todas las dificultades que vas pasando en la vida, te hacen crecer y ser una mejor persona.

Además de estar mejor, traes esa vida a las personas que están a tu alrededor. ¡Esto es dar mucho fruto!

«… y así probéis que sois Mis discípulos.» Juan 15:8

El discípulo es el que aprende, el que aceptó aprender con el Maestro, el Señor Jesús. Comienzas a ser un discípulo de Jesús cuando eres moldeado, de esta manera, pasas a mejorar como madre, padre, esposa, marido, y a mejorar tú mismo.

Ya no eres una persona malhumorada que vive del pasado, murmurando por todo y por nada. Hablas con Dios, cuentas con Él, y Él te enseña todas las cosas.

Jesús no quiere que seas una persona limitada en tu vida, quiere que produzcas mucho fruto. Él sabe que tú tienes cosas que este mundo valora, sin embargo, eso va a pasar, pero los cuestionamientos, las necesidades internas de tu alma, esas no pasarán. Porque tu alma se alegra y tiene paz cuando produce mucho fruto, es decir, se realiza. Y no solo por una información, sino que es algo que vives.

Dios es glorificado cuando das mucho fruto, cuando eres feliz, realizado, cuando no tienes recelo de escuchar la verdad y de corregir tu forma de ser.

Jesús quiere que resuelvas tu problema, por más que las personas te entienden o no, Él quiere que te realices. La única manera de que esto suceda es cuando produces mucho fruto, porque solo así serás discípulo de Jesús, y no discípulo de un hombre, de una mujer, de una iglesia, sino de Jesús.

Este discípulo les hablará a otras personas, será testimonio vivo de lo que sucedió en su interior para que haya ese fruto de alegría, paz, dominio propio y bondad, porque, a pesar de las circunstancias, ¡das mucho fruto!

¡Ahí está la Palabra de Dios! Por eso, evalúa tu vida. Tú eres importante para Dios, y eres tan importante que Él te enseña. No estés a la defensiva, pensando que la verdad te está humillando, ¡de ninguna manera! La verdad es la única forma de ser libre de esa esclavitud.