Episodio 187 – ¿Quién puede dar testimonio?

Muy bien, tú y yo debemos ver para ser testimonios, ¿no es verdad? Así es.

La Palabra de Dios también habla sobre esto. Mira qué interesante, las personas piensan que Dios no prueba nada; eso es lo que ellas dicen, pero, delante de lo que está escrito, porque no saben, porque no les importa, porque no leen, porque no les interesan los pensamientos de Dios, sacan sus propias conclusiones sobre Dios.

No obstante, tú y yo debemos ver para testimoniar. ¿Qué es lo que Dios hace con todo esto? Observa qué sucedió después de que Jesús fue crucificado y murió, de que entregó Su espíritu y murió:

«Los judíos entonces, como era el día de preparación para la Pascua, a fin de que los cuerpos no se quedaran en la cruz el día de reposo (porque ese día de reposo era muy solemne) …». (Juan 19:31)

Tú sabes que los sábados, que, de viernes a sábado, los judíos no hacen nada más. Jesús murió un viernes y junto a Él había dos ladrones, ¿recuerdas? Junto a Él, crucificados, uno de cada lado, uno del lado derecho y el otro del lado izquierdo. Así es. Entonces, ya era el gran día sábado, el día de la preparación:

«… pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y se los llevaran. Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero, y también las del otro que había sido crucificado con Jesús; pero cuando llegaron a Jesús, como vieron que ya estaba muerto, no Le quebraron las piernas…». (Juan 19:31-33)

Entonces, ellos tenían en mente quebrarles las piernas para terminar de una vez esa situación y quitar los cuerpos de allí.

«… pero uno de los soldados Le traspasó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua. Y el que lo ha visto ha dado testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice la verdad, para que vosotros también creáis». (Juan 19:34)

Dicen por ahí que es necesario ver para creer y la Palabra de Dios se ha cumplido; una a una, cada profecía que fue dicha sobre Jesús sucedió. Observa lo que está escrito:

«Porque esto sucedió para que se cumpliera la Escritura: No será quebrado hueso Suyo». (Juan 19:36)

Entonces, las cosas suceden porque Dios lo permite. Jesús fue crucificado, pero ninguno de Sus huesos fue quebrado, porque ya estaba escrito que así sucedería. Tú ves que los soldados ya estaban allí determinados a quebrar los huesos de las piernas de los que estaban crucificados, pero, cuando vieron que Jesús ya estaba muerto, no quebraron Sus piernas. ¿Qué hicieron? Traspasaron Su costado con una lanza, de donde salió sangre y agua.

Es interesante que cada detalle cuenta, y cuenta como prueba de que lo que está escrito se cumple. «¿Qué quiere decir eso para mí, Viviane? ¿Qué quiere decir eso en la práctica?», lo siguiente, a lo que Dios dice, sométete, sométete a lo que Él dice, porque lo que Él dice sucederá. Si te quedas jugando con tu vida, llegará un momento en el que la cuenta llegará. Piensa en ti y en lo que has hecho con lo que sabes, con lo que escuchas de la Palabra de Dios y lo que has hecho. ¿Acaso tomaste como una responsabilidad obedecer o lo tomaste a la ligera, sin ninguna responsabilidad, disfrutando la vida, olvidando que Dios cumple Su Palabra? Lo que Él dijo se cumplirá.

«Y el que lo ha visto ha dado testimonio, y su testimonio es verdadero…». (Juan 19:35)

¿Quién es el que ve? ¿Quién puede testimoniar? ¿Quién puede dar testimonio verdadero? Yo vi a Dios actuando en mi vida, yo vi que Él me perdonó, que Él me enseñó, yo vi que Él no me desamparó, no me dio la espalda cuando fallé; yo puedo testimoniar y mi testimonio no es por ser la hija del obispo Macedo o por estar en una iglesia.

No, no, no, no, lo que le digo es verdadero, porque soy testimonio de lo que Dios hizo en mi vida. Yo sé que la Palabra de Dios se cumple porque se ha cumplido en mi vida. Obviamente, he recibido y aceptado obedecer, he creído.

«Y el que lo ha visto ha dado testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice la verdad, para que vosotros también creáis» (Juan 19:35)

Yo quiero que creas. No estoy diciendo que vayas a la Iglesia Universal para que tires hacia mi lado y apoyes mis intereses, sino para que tengas esta vida. Yo quiero que disfrutes, quiero que seas un testimonio vivo de lo que está escrito, de que esta Palabra, de que Dios es verdadero, no es una religión, no es un cuento, una historia pasada o una filosofía, es algo real.

No quiero que creas para tener informaciones, sino para que disfrutes y seas un testimonio vivo y verdadero de que Dios es fiel. Tú serás un testimonio de que la Escritura se está cumpliendo, porque lees la Palabra de Dios, porque ves que se cumple en tu vida; no solo en la vida de los demás, sino en tu vida.

Entonces, quiero que tú, oyente, sepas que es tu derecho ver con tus ojos. Ahora bien, déjame decirte una cosa, para ver, para ser testimonio, debes ser humilde. Si eres ese tipo de persona resistente, que se queda victimizando: «Ah, pero hablan mal de esa iglesia, esa iglesia solo quiere el dinero del pueblo, solo están interesados en enriquecer al obispo Macedo», en fin, un montón de cosas que dicen por ahí; y tú argumentas, aceptas esas ideas y esos pensamientos que los medios pusieron en tu cabeza. Incluso, ellos quieren que tú creas eso, porque temen que conozcas la verdad, ya que, si conoces la verdad, testificarás que ellos te engañaron, testificarás que este Dios no es una historia falsa.

Entonces, quieren contaminar tu mente para que no seas un testimonio de que Dios es verdadero. Así es. Si quieres estar conectado, argumentando, dando un montón de argumentos de por qué no vas a la Iglesia Universal, de por qué no buscas a Dios: «Porque estoy trabajando, porque mi vida es difícil, porque fui allí y sucedió eso…».

No es una cuestión de lo que sucedió, de que es difícil llegar, porque, tú sabes, el diablo no quiere que pises la Iglesia Universal. ¿Sabes por qué? Porque conocerás la verdad y esa Palabra se cumple. Ante lo que dices, los testimonios de vida prueban que tus argumentos no se sustentan, porque los testimonios dicen lo contrario. Si tu idea y tu pensamiento fueran verdad, no aumentarían las personas, las personas empobrecerían, las personas no buscarían a Dios, porque se desanimarían.

Si hay algo equivocado en tu búsqueda de Dios, si vas a la iglesia y no obtienes resultados, es por la manera en la que estás haciendo las cosas. ¿De qué manera? Victimizándote. No has puesto la responsabilidad en ti. Dios cumple Su Palabra, lo que Él dice sucede, tarde o temprano; pasan años, miles de años, pero sucederá, así como estaba escrito que ningún hueso del Señor Jesús sería quebrado, y así fue.

Los soldados estaban determinados a quebrar todas las piernas, pero, cuando llegaron a Jesús, se detuvieron y no hicieron lo que proyectaban hacer, porque estaba escrito. Nadie cambiará lo que Dios determina, lo que Él dice sucederá.

Ahora bien, si te resistes a aceptar a Dios, no testificarás en esta vida sobre Dios, porque solo estarás informado, por no ser humilde, por solo victimizarte. Quedó claro allí, delante de todos, que el testimonio del Señor Jesús era verdadero.