Episodio 157 – Cómo cuida Dios

Muchas personas tienen una idea equivocada de Dios, y hasta piensan que a Él no le importamos, que estamos sufriendo aquí en este mundo y que a Él ni siquiera le preocupa, en fin, muchos pensamientos contrarios a lo que dice la Palabra de Dios.

Pero si te enfocas en lo que dice el mundo, realmente te convencerás, porque usan los sentimientos para mostrar su propia verdad, pero cuando miras la Palabra de Dios, verás cómo Dios nos cuida, que Él envió a Su Hijo venir a este mundo, por amor a nosotros, por 33 años, y en Sus tres años de ministerio pasó testificando quién era Él, el Hijo de Dios, pero vino como siervo, y de ninguna manera pecó.

Y el Señor Jesús dijo esto: «Pero ahora voy al que Me envió, y ninguno de vosotros Me pregunta: «¿Adónde vas?». Más porque os he dicho estas cosas, la tristeza ha llenado vuestro corazón.» Juan 16:5-6.

Antes de que Jesús fuera crucificado, preparó a los discípulos, preparó a las personas que estaban allí con Él. Y Jesús ya había dicho que iba al Padre, y estaban tristes, porque imaginaban, si Él va al Padre, entonces morirá. ¡Pero mira el cuidado que Dios tiene por todos nosotros!

Así como tuvo cuidado con los discípulos, así lo tiene con ustedes: «Pero Yo os digo la verdad: os conviene que Yo me vaya; porque si no Me Voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si Me Voy, os lo enviaré. Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio; »Juan 16:7-8

Los discípulos estaban allí con Jesús y se sintieron apoyados, enseñados, guiados y acogidos por Jesús. Pero cuando Jesús fue al Padre, sintieron esta necesidad del Consolador.

No hay manera de que puedas buscar a Jesús si no lo extrañas, si no lo necesitas. Mientras Jesús estaba allí con los discípulos, ellos tenían la luz, pero la luz no estaba dentro de ellos, todavía no eran la luz, necesitaban de Jesús para que fueran guiados.

Jesús tuvo que ir al Padre para que enviara el Espíritu Santo, para consolar a los discípulos que se quedaron y vivieron un momento muy difícil. Porque cuando Jesús murió y resucitó, durante este período, los discípulos fueron perseguidos a causa de la crucifixión del Señor Jesús. Los religiosos también se enojaron con los discípulos y tuvieron miedo.

Pero todos esos problemas generaron en los discípulos la sed de buscar a Dios, de prestar atención a lo que Jesús había dicho, a ese momento, para el que Jesús los había preparado. Y esa situación les hizo recordar con fuerza, con voluntad, lo que el Señor Jesús había dicho, que moriría, iría al Padre y resucitaría. ¡Todo esto les hizo tener sed de Dios! ¡Y contigo tampoco es diferente! ¡Para que venga el Consolador, tienes que necesitarlo!

Si confías en alguien, en algo, en tu dinero, en tu reputación, en tu servicio, en tu éxito, en lo que tienes o haces, y no en Dios, cuando vengan problemas, persecuciones, tiempos difíciles, entonces te darás cuenta tu necesidad de Dios.

Necesitas entender cuánto necesitas a Dios, que necesitas poner en práctica Su Palabra, no es una religión, no es una filosofía, es algo que es necesario. ¡Buscar a Dios, leer la Biblia y meditar es una necesidad! Pero muchas personas no buscan el Espíritu Santo porque no tienen esa necesidad, incluso pueden querer el Espíritu Santo, pero solo para estar orgullosos, para decir que lo lograron y no porque entienden que lo necesitan, no porque tienen sed de cambio.