Episodio 127- Y cuando yo no creo, ¿qué hace Dios?

Episodio 127- Y cuando yo no creo, ¿qué hace Dios?

¿Quién es Dios y quién es usted?

Usted que dice así: «Y si no creo en Dios, ¿qué hará Él conmigo? ¿Qué puede sucederme?», bien, la Biblia habla sobre este asunto y fue el propio Señor Jesús Quien respondió.

Vea lo que Él dice:

«Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en Mí no permanezca en tinieblas». (Juan 12:46)

Dentro de poco hablaré sobre este tema, porque llamó mucho mi atención. Pero le responderé lo que Jesús dijo:

«Si alguno oye Mis Palabras y no las guarda, Yo no lo juzgo —usted no es juzgado por el Señor Jesús—; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo». (Juan 12:47)

El Señor Jesús vino en carne y hueso a este mundo no para decir así: «Mira, tienes que hacer así y así». No, Él vino para salvar. Ese fue Su objetivo y, si usted no cree, si elige no creer, no acatar, no aceptar lo que el Señor Jesús enseña, Él no hará nada, Él lo respetará.

Vea lo que Él continúa diciendo:

«El que Me rechaza y no recibe Mis Palabras, tiene quien lo juzgue…» (Juan 12:48).

Es decir, Él no juzgará. «… tiene quien lo juzgue…», ¿quién es?

«… la Palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final». (Juan 12:48)

El día que suceda el juicio final, esa Palabra juzgará lo correcto, lo justo. Jesús vino para dar esa luz, esa verdad, para mostrar el camino y quien cree en Él no permanece en tinieblas, no continúa con dudas, no sigue en la depresión, no continúa viviendo una vida atormentada, ansiosa, insegura, con miedo del mañana, no vive en las tinieblas.

Es lo que Jesús dijo:

«Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en Mí no permanezca en tinieblas». (Juan 12:46)

Quien cree en Jesús no permanecerá en tinieblas. Y quien elige no creer en Jesús, ¿quién lo juzgara? La propia Palabra del Señor Jesús lo juzgará en el día final.

Entonces, usted tiene hoy la oportunidad de cambiar esa situación y creer, aceptar la Palabra de Dios. Pero ¿cómo aceptará la Palabra de Dios? ¿Cómo aceptará a Jesús? Cuando usted reconozca que a su manera no funciona.

Mientras usted alimente la idea de que a su manera funciona, por ejemplo, cuando piensa que tiene la razón y dice: «Es porque sufrí mucho, sufrí un abuso sexual, verbal, psicológico y hasta hoy cargo eso».

Cuando usted cree en Jesús, nada del pasado interfiere en el día de hoy porque, cuando comienza a creer en la Palabra del Señor Jesús, entonces empieza a poner esa Palabra como su guía, la acata. Desprecia todo lo que le sucedió en el pasado y acepta la Palabra de Dios como la verdad. Eso es creer.

Usted debe preguntarse a sí mismo: «¿Yo creo en Jesús? ¿Cuál es el resultado de eso en mi vida?». Bien, eso le corresponde a usted.

Yo estaba pensando conmigo misma en que, si Jesús no juzga, si Él no vino para eso, entonces Él respeta también el hecho de que usted tome una actitud para cambiar.

Jesús dijo:

«El que Me rechaza y no recibe Mis Palabras, tiene quien lo juzgue; la Palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final». (Juan 12:48)

¿Por qué? ¿Por qué esa Palabra lo juzgará en el día final? ¿Sabe por qué?

Él responde:

«Porque Yo no he hablado por Mi propia cuenta —Yo no estoy hablando de Mí, según Mi voluntad, de Mi plan, no estoy hablando por Mí mismo—, sino que el Padre mismo que Me ha enviado Me ha dado mandamiento sobre lo que he de decir y lo que he de hablar». (Juan 12:49)

Cuando usted rechaza la orientación que Jesús le da, usted rechaza a Dios y es su elección. Así como también es su elección creer o no creer.

Cuando yo rechazo las Palabras del Señor Jesús y creo más en mi mentira, en mis sentimientos, en mi experiencia de vida que, en el Creador, yo soy quien elige eso. Si creo en Dios más que en mis experiencias de vida… En realidad, según todas las experiencias que tuve en mi vida, cada vez que hice mi voluntad, tuve que reconocer que no funcionó. Entonces, miré hacia lo Alto, miré a Dios y busqué cambiar de vida, y fue entonces cuando encontré la respuesta, la solución, la paz, la dirección, la orientación, fue cuando dejó de existir un peso.

Mi voluntad me deja cargada, pesada. Pero, cuando me someto a la voluntad de Dios, a Su Palabra, Él quita todo tipo de peso que cargo.

Haga una prueba. Jesús no está hablando por Su propia cuenta, Él habla del mandamiento que el propio Dios Padre Le dio para que hable.

Y el Señor Jesús dijo así:

«Y sé que Su mandamiento es vida eterna…». (Juan 12:50)

El mandamiento de Dios no es para que usted tenga apenas una conquista hoy. El mandamiento de Dios es para la vida eterna, es decir, la vida que usted vivirá por toda la eternidad, para que tenga vida.

Imagínese ser infeliz durante toda la eternidad, alegrarse durante un momento aquí y después vivir toda su vida triste, amargado.

El mandamiento de Dios es la vida eterna. «Por lo tanto, lo que digo —dice Jesús— lo digo como el Padre Me lo ha dicho. No hablo por Mí mismo, digo lo que el Padre Me dice».

¿Por qué no aceptar las Palabras del Señor Jesús? ¿Por qué no confiar? ¿Por qué no creer? ¿Por qué no entregarse? ¿Por qué no lanzarse?

Si usted no cree es porque en sí existe otra creencia que no es la Palabra de Dios. Es una creencia en lo que usted sintió, en lo que vivió, pero no en la Palabra de Dios. Y entonces es usted quien elige. Y si usted es quien elige, entonces no se queje por los resultados que ha tenido, porque Dios no le ayuda, porque usted eligió no creer.

Cuando usted cree, se sujeta a Su Palabra, es decir obedece, se lanza a esta Palabra.

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