Episodio 119 – ¿Qué debe hacer el siervo de Dios?

Episodio 119 – ¿Qué debe hacer el siervo de Dios?

¿Quién es Dios y quién es usted?

Es interesante esta pregunta, ¿verdad?

Nosotros a veces dudamos, pensamos, aquí en la tierra, con las cosas que suceden, como guerras, problemas, no solo en el trabajo, sino en la familia o en la salud: ¿Quién es Dios y quién es usted? ¿Vamos a entenderlo de forma práctica? ¿Qué dice la Biblia?

Así es, hoy responderé esta pregunta: ¿Qué debe hacer el siervo de Dios? Él también tiene problemas, también se equivoca, también peca, entonces, ¿qué debe hacer? ¿Qué es lo que Dios le instruye a Su siervo que debe hacer?

Jesús habla sobre esto: «Si alguno Me sirve, que Me siga…» (Juan 12:26). ¿En serio? Ajá. ¿Por qué Jesús dijo: «Si alguno Me sirve, que Me siga…»? Porque, en realidad, cuando usted tiene sus problemas personales, que lo dejan afligido, a veces incluso lleno de dudas o a veces pensando en desistir, Jesús dice: «Si alguno Me sirve —si existe alguien que sirve a Dios, vamos a ver cómo actúa—, que Me siga…».

El siervo de Dios no solo tiene una posición, un título de siervo de Dios, como obrero, pastor, esposa de pastor y demás; el que sirve a Dios es el que entra en esta cuestión. Cuando usted tiene sus problemas, cuando yo tengo mis problemas, es muy fácil empezar a seguir nuestros conceptos, es muy fácil defender nuestros dolores, ¿no es así? Pero Jesús dijo: «Si alguno Me sirve, que Me siga…».

Vea, esto ya me sucedió varias veces, pasar por una situación o un problema queriendo que lo sirva. Ahí entra quién realmente sirve a Dios, porque el título, nadie está viendo la actitud de la persona, tal vez tiene un título, pero no sirve a Dios. «Si alguno Me sirve, que Me siga…», es decir: «No te quedes siguiendo a tus problemas, a tu preocupación, a tu miedo, no te quedes de rodillas ante tus problemas, sígueme». ¿Cómo seguir a Jesús? Seguir a Jesús es prestarle atención a Él, no es prestarme atención a mí. «Si alguno Me sirve, que Me siga —debe prestarle atención a Jesús—; y donde Yo estoy, allí también estará Mi servidor…»

En otras palabras, el siervo de Dios no está sirviéndose a sí mismo. Tiene sus momentos, no le diré que no duerme, que no come, que no se ejercita; no es eso, nosotros no somos fanáticos, somos racionales.

El que sirve a Dios separa tiempo, separa horas para estar donde Dios está. ¿Dónde está Dios? Dios está con los sufridos, Dios está con las personas, con las personas que Lo están buscando. «… donde Yo estoy, allí también estará Mi servidor; si alguno Me sirve, el Padre lo honrará» (Juan 12:26), hay personas que están buscando su propia honra. Tal vez usted está participando de este ayuno y está buscando ser servido, queriendo que Dios lo sirva, pero usted no Lo ha servido a Él, no ha corregido su forma de ser, se deja dominar.

Mire, le diré algo, no hay problema en que se equivoque, pero el hecho de no corregirse demuestra que no está mirando hacia Jesús. «Si alguno Me sirve, que Me siga; y donde Yo estoy, allí también estará Mi servidor…» (Juan 12:26), muchas personas viven para su trabajo, viven para su familia, para su empleo, para su dinero, para sus preocupaciones, ¿pero se dio cuenta de que esas personas viven detrás de un problema? El problema es su dios. ¿Y qué ha sucedido? No son honradas por Dios, ¿por qué? Porque se sirven a sí mismas.

El que sirve a Dios ve la honra del propio Dios, que es estupenda, que es algo maravilloso, que ningún hombre, ninguna persona, ningún amigo o quienquiera que sea no puede ayudar, se vuelve evidente. Por eso es importante que deje que Dios actúe. Deje de apegarse a sus cosas, sirva a Dios. Incluso usted que está por primera vez escuchando este audio, aprenda a tomar una decisión superimportante en su vida, la de servir a Dios, porque verá que Él lo honrará.

Si les contara lo que Dios ha hecho en mi vida, quedaría horas y horas hablando con usted sobre los hechos de Dios, y viendo al propio Dios honrándome. Un día de estos dije lo que Dios hizo en mi vida, y, cuando Él honra, no solo lo honra a usted, sino que también habla con otras personas, con muchas personas.

Permanezca en esa fe. Servir a Dios es una decisión que tomo en mi vida. Surgen problemas y situaciones para que me desvíe; no es que los problemas sirven para eso, pero naturalmente es algo que nos impulsa a servirnos a nosotros mismos, sin embargo, el que sirve a Dios sigue a Jesús, es decir, mira hacia Jesús, y no deja de servir a Dios, de darles a otras personas lo que Dios ha hecho. Aunque en aquel momento esté necesitando, ¿cuántas veces estuve ayudando a otras personas mientras necesitaba de ayuda en ese momento? Observe que Dios vio, ¿cree que Dios será indiferente ante todo eso? No, Él me honró. El tiempo pasó y Él me honró.

Usted que está en este Ayuno de Daniel aprenda a usar ese «servir a Dios», que es seguir a Jesús, no sus ideales, sino los sueños y la voluntad de Dios, que es dar. Siempre que les dé a otros lo que ha recibido, estará sirviendo a Dios; no darles una cosa pasajera, sino lo que Dios le dio.

Muy bien, piense al respecto y tome su decisión, porque esa decisión le hará ponerle un punto final a aquello en lo que se ha equivocado.

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*