Ep. 09 Pedido correcto del Reino

Estamos hablando del Reino de Dios, la Voluntad de Dios, los Pensamientos de Dios y la diferencia entre nuestro reino, nuestra voluntad, nuestros pensamientos, ya que estos son totalmente contrarios a los de Dios.

Y nosotros los conocemos a través de nuestras peticiones. Nuestras oraciones hablan de nuestras prioridades, ¿has observado lo que le has hablado a Dios?

Quizás no lo notes, pero lo que priorizas es lo que más le dices a Dios. Y esto habla de tu alma, de aquello a lo que le das importancia, pero ¿Qué nos enseña el Señor Jesús a hacer en relación con nuestra oración?

Él dijo así:

Vosotros, pues, orad de esta manera: «Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo». Mateo 6:9-10

En primer lugar, no podemos olvidar esto: Dios está por encima de nosotros, Él está en Los Cielos y nosotros aquí en la tierra, y somos tan pequeños, tan insignificantes. Él es quien nos creó, y nos creó con el propósito de honrarLo, pero el ser humano ha buscado su propia honra, para satisfacer su propia voluntad y no la de su Creador, no Dios.

Y en la oración del Padre Nuestro Jesús nos enseña que debemos pedirle a Dios que Su Nombre sea santificado, pero ¿cómo? ¿Cuándo hacemos nuestra voluntad? ¡No! Pero cuando le mostramos al mundo, a la gente, que Él está Vivo y que nuestras vidas dan testimonio de un Dios Vivo, estamos santificando Su Nombre.

¿Y por qué Jesús nos dice que hagamos este tipo de oración, de petición? Porque la tendencia humana es mirarse a uno mismo, a su voluntad.

Entonces Jesús continúa diciendo:

«Venga Tu Reino», es decir, no es mi reino ni tu reino, sino el Reino de Dios.

«Hágase Tu Voluntad», es decir, la Voluntad de Dios, y no la mía.

«Así en la tierra como en El Cielo», porque en la tierra lo que ha prevalecido en la mayoría de las personas es la propia voluntad. Y muy pocas personas que conocen a Dios quieren hacer la voluntad de Dios, porque piensan en su propia voluntad.

Pero cuando Jesús enseña sobre la oración, nos dice que hagamos peticiones a Dios: que venga Su Reino y que se haga Su voluntad, como se hace en el cielo.

Y luego continúa:

«Danos hoy el pan nuestro de cada día»; Mateo 6:11

¿Qué podría ser este pan? ¿Es la comida física? Bueno, el alimento físico es importante para nuestro cuerpo, pero lo más importante es nuestra alma, porque cuando nuestra alma está desorientada, hacemos lo que nuestro reino pide, y así no observaremos el Reino de Dios.

Entonces, nuestro pan de cada día es el alimento que necesito para seguir adelante, y nutrirme de lo que me hará avanzar, desarrollar mi vida.

«Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores». Mateo 6:12

La oración que Jesús nos está enseñando habla de nuestra alma todo el tiempo.

Antes que todo, ponga a Dios en primer lugar. Entonces, atender primero a nuestra alma, que es nuestro pan, Su Palabra que nos alimentará según la necesidad de nuestra alma. Y luego perdónanos.

Somos imperfectos, tal vez no te hayas situado así, tal vez veas a los demás como imperfectos, pero hablas poco de tus deudas con Dios, rara vez te das cuenta de que tú también tienes deudas con Dios.

Y cuando dejas de hacer Su Voluntad, cuando dejas de buscar Su Reino, obviamente empiezas a tener una deuda con Dios, porque empiezas a ser egoísta, y te importa poco Quien te creó.

Hemos cometido tantos errores, así que perdónanos Señor, porque no queremos cometer los mismos errores. Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, perdóname como yo he perdonado a quienes también me han hecho daño, a quienes me deben.

La oración que Jesús ha enseñado es sobre nuestra alma.

He estado haciendo esta oración del Padre Nuestro, y he estado prestando atención a mi vida para que estas palabras que el Señor Jesús nos enseña sean verdaderas en mi vida, para que venga Su Reino, se haga Su voluntad y sea Su Nombre Santificado.

También he notado que necesito este pan, esta guía que Él me ha dado. A lo largo de mi vida, he visto que, después de orar este Padre Nuestro, Él ha cambiado mi opinión en muchas cosas, ha abierto mi visión y la vida ha sido más pacífica en lugar de estresante.

Lo que hace que nuestras vidas sean estresantes es nuestro reino. Y lo interesante es que Jesús también sigue diciendo aquí:

«Y no nos metas en tentación, …» Mateo 6:13

Somos tentados por nuestra propia voluntad, por nuestro propio reino, por nuestros propios sueños. Somos tentados por nuestros sentimientos, inclinaciones, por lo que la gente provoca en nosotros.

«…mas líbranos del mal. Porque Tuyo es el Reino y el Poder y la Gloria para siempre jamás. Amén». Mateo 6:13

¡No quiero mi reino, Dios mío! No quiero dejarme llevar a la tentación de mi reino, quiero Tu Reino. ¡Siempre será así!

Entonces, hemos hablado del Reino de Dios, de la voluntad de Dios, y tenemos que aceptar los pensamientos de Dios.

¿Cuántas veces te has centrado en tus pensamientos y has rechazado los pensamientos de Dios? Quieres imponer tu voluntad y no quieres someterte a la voluntad de Dios.

Entonces, puedes incluso decir el Padre Nuestro con palabras, pero sin responsabilizarte de lo que le estás diciendo a Dios. Pero si realmente estás diciendo la verdad, entonces dila desde el fondo de tu corazón, con intención, con un enfoque en tu vida diaria para que esto suceda, esta es la oración que agrada a Dios.