Ep.98 -¿Qué haces con algo de gran valor?

Cuando pierdes algo, ¿buscas? ¿Insistes? ¿Qué haces?

Bueno, así dice la Palabra de Dios:

«¿O qué mujer, si tiene diez monedas de plata y pierde una moneda, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado hasta hallarla?» Lucas 15:8

Una dracma era equivalente a un día de trabajo, por lo tanto, cuando esa mujer pierde una dracma, enciende la lámpara, barre la casa y busca hasta encontrarla.

Cuando algo o alguien tiene importancia para ti, hay una necesidad de encender la lámpara, es decir, simbólicamente lo veo como la fe.

Cuando te importa y valoras a una persona, manifiestas la fe que te impulsa a barrer la casa. ¿Sabes cuando barres la casa y limpias todos los lugares? Buscas en todos los rincones de la casa para encontrar esa dracma que se perdió.

Sé que tú y tantas otras personas a tu alrededor tienen un alma que siente. Hay cosas guardadas en tu interior que, si no sabes cuidar de tu alma, te dejarás llevar y no te valorizarás como persona. Y eso me incomoda mucho, porque ¡yo encontré la Verdad! Aquel que me da el aire que respiro, el aliento de vida y la vida que tengo, ¡Lo he encontrado!

También tuve cargas, conflictos, y encontré la Verdad. ¿Cómo puedo ser indiferente a ti, que me acompañas tal vez todos los días, y vives una vida amargada, con una alegría temporal? Ciertas cosas te hacen bien, pero no duran para siempre; ¡vives insatisfecho!

¿Cómo puede alguien que conoce la Verdad, alguien que descubrió la vida, transmitir algo para ti, y ver que sigues indiferente? ¡No puedo! ¡Tienes un gran valor!

La Biblia habla aquí:

«…no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado hasta hallarla?» Lucas 15:8

Esta lámpara encendida provoca algo dentro de nosotros: la búsqueda con diligencia hasta encontrar la dracma perdida. Cuando una persona o algo tiene gran valor, la persona realmente busca con diligencia, con insistencia, sin desanimarse, hasta encontrar.

«Cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas, diciendo: “Alégrense conmigo porque he hallado la moneda que había perdido”. De la misma manera, les digo, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.» Lucas 15:9-10

Esta moneda de gran valor simboliza al pecador. Tú, como alma, eres un pecador. ¡Yo también!

Estoy segura de que Dios hablará con esa persona, contigo y con tantas otras personas que me están acompañando. ¡Porque no estamos hablando aquí de religión, estamos hablando de Dios, de vida! Y esta vida sucede conmigo también. Ahora, tú también tienes que encender esa lámpara, porque cuando enciendes, no solo te salvas a ti, sino que estimulas tu fe y no te conviertes en una persona religiosa.

Imagina, si no enciendo mi lámpara, ¿cómo crees que serán los años en la iglesia, leyendo la Biblia, conociendo las Escrituras, hablando sobre ellas? ¿Crees que estaré presente en esas Escrituras? ¿Crees que me importarán las personas que estoy enseñando? ¡Claro que no! ¿Por qué? ¡Porque no supero mis propios problemas!

Entonces, ¿cómo voy a amar a las personas si no me valoro? Cuando te valoras, comienzas a valorar el alma de las otras personas, porque valoras tu alma. ¡Eso es lo que quiero para ti!

¡Tienes que saber que hay alegría ante los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente! ¡Cuando te arrepientes, hay alegría! ¡Imagina tu valor y las expectativas que tienen sobre ti!