- 7
- Oct
- 2024
Ep. 53 – Primer orden
- 7
- Oct
- 2024
Existe el Reino de Dios aquí en la tierra, pero ¿cómo entrar en el Reino de Dios aquí, donde hay muchos pecados, muchas opciones, muchas propuestas, muchas filosofías y religiones?
La gente está buscando satisfacer de alguna forma las propuestas que la sociedad ofrece, pero siempre les falta algo. Persiguen las propuestas, lo que aparentemente trae felicidad, pero no se realizan; siempre hay algo que falta para sentirse realizados y satisfechos con lo que tienen.
«Cuando uno de los escribas se acercó, los oyó discutir, y reconociendo que les había contestado bien, le preguntó: ¿Cuál mandamiento es el más importante de todos? Jesús respondió: El más importante es: Escucha, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno Es; y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza». Marcos 12:28-30
Hablemos sobre amar con todo el corazón, que está por encima de todo y de todos. No hay un amor primero por tu vanidad, por tus planes, por tu familia. Tienes que amar a Dios con todo tu corazón, o sea, que Él llena tu corazón.
Hay personas que se agradan más de su familia, de su trabajo, que de lo que hacen en la iglesia, pero no aman a Dios con todo su corazón.
«¿Y cómo puede ser así, Viviane? Si yo trabajo, si amo a mi familia, ¿no estoy haciendo lo correcto?» Sí, amas a tu familia, trabajas, pero estás poniendo el orden equivocado; estás dando toda tu fuerza, esforzándote en todo primero por ese familiar, tanto es así que te sientes triste si ese familiar te desagrada.
Porque estar triste por un momento está bien. Pero, ¿estar días, meses, años estancado en tu vida, dejando de buscar a Dios por causa de esa persona?
Entonces, estás diciendo que no amas al Señor con todo tu corazón. Estás poniendo todo tu corazón, toda tu expectativa en alguien.
Escuché a una persona decir: «Mira, hice todo por todos en mi familia y terminé perdiendo, me quedé sin nada. Las personas a las que dediqué mi vida no me recompensaron…» Y ¿sabes por qué? Porque esa persona estaba dando para recibir de ellos, cuando debería haber dado para Dios.
Así, las personas se desilusionan e incluso se vuelven incrédulas; en lugar de entregarse por completo y ver quién ha sido su prioridad, miran a las personas que no les hicieron bien, que no los valoraron, y van y vienen en la iglesia, viviendo una vida alejada de Dios, sin darle importancia a Dios.
Eso no es amar a Dios con todo el corazón, eso es amar tu propia vida, tu familia, y por eso esa persona vive frustrada. ¿Te está pasando lo mismo a ti?
Imagina poner todo tu corazón en alguien o en algo y, en los días finales de tu vida, sentirte infeliz porque no fuiste recompensado lo suficiente por aquello en lo que pusiste tu corazón.
Jesús dijo: «…y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma…» Marcos 12:30
Tu corazón, tu sentimiento, tu atención deben ser dados al Señor Dios, el Creador, Aquel que te creó, Aquel que sabe cómo lidiar muy bien contigo.
El alma es esa que desea, que codicia, que planea, que siente, esa es nuestra alma. Entonces, si voy a amar al Señor mi Dios con todo mi corazón y con toda mi alma, me voy enfocar en Él, voy a darle mi atención, mi disposición.
En lugar de mirar lo que el mundo ofrece, la mejor ropa, el viaje, las amistades, el éxito, voy a ansiar lo que Jesús dice sobre Su Reino, Sus pensamientos, Su carácter.
Voy a anhelar lo que hace de Dios algo constante; Él es fiel, justo, puro. Eso es lo que voy a desear para no ser corrompida por las propuestas que el mundo me ofrece, y no solo el mundo, sino incluso mi propia voluntad.
«… y con toda tu mente, y con toda tu fuerza.» Marcos 12:30
Cuando tienes tu mente enfocada en cualquier cosa que no sea Dios, te frustrarás, porque pones tu mente en cosas y personas que te dejan ansioso, inseguro, pero cuando pones toda tu atención en la Palabra de Dios, comienzas a querer buscar y entender la voluntad de Dios, cumplir Su voluntad en tu propia vida.
Así, tu mente está enfocada en agradar a Dios, porque entiendes que Él está por encima de ti mismo. Eso es amar a Dios con todo tu entendimiento y con todas tus fuerzas.
¿Vas a escuchar al Señor, nuestro Dios, que es el Único Señor? ¿O estás poniendo otros señores en tu vida?
Porque si dejas de amar a Dios así, entonces otros han sido tu señor, otros han sido tu dios.