EL CORAZÓN – Episodio 4 : El corazón falso valora las tradiciones y no a Dios.

Todas las culturas tienen sus tradiciones. Ya sea en la comida, en días festivos, en ropa o incluso en la educación. Pero lo que mucha gente no sabe es el origen de las tradiciones de este mundo.

Sin embargo, la fe en Dios nos enseña a razonar en lo que hacemos. Y cuando razonamos comprendemos que celebraciones cómo cumpleaños, navidad, y otras; son meras fechas festivas para comercializar, es decir, vender.

¿Vamos a saber lo que la Biblia habla sobre la tradición?

“Entonces se acercaron a Jesús algunos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan.” Mt 15:1 – 2

No es errado lavarse las manos antes de comer. El problema es cuando esto se vuelve más importante que lo que realmente importa. Los escribas y fariseos eran personas que conocían las Escrituras, pero lo que ellos más observaban en los que estaban con Jesús es si ellos cumplían la tradición.

Ciertamente, los discípulos eran personas muy simples. No tenían la costumbre de lavarse las manos antes de comer, y Jesús no hacía cuestión de esto, porque para Jesús había otras cosas más importantes para enseñar a los discípulos.

Y Jesús responde a los escribas y fariseos también, haciendo otra pregunta:

“Y respondiendo Él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios a causa de vuestra tradición? Porque Dios dijo: “Honra a tu padre y a tu madre, y: quien hable mal de su padre o de su madre, que muera.”” Mt 15:3,4

¿Cuál era la atención de los escribas y fariseos? La tradición que el hombre adquirió y no la tradición que Dios instituyó, es decir, los mandamientos de Dios.

“Pero vosotros decís: «Cualquiera que diga a su padre o a su madre: `Es ofrenda a Dios todo lo mío con que pudieras ser ayudado’, no necesitará más honrar a su padre o a su madre. Y así invalidasteis la palabra de Dios por causa de vuestra tradición.” Mt 15:5,6.

En realidad, lo que los religiosos aprecian es aquello que aparentan para otras personas. Y no lo que Dios les pide. La tradición es más importante para ellos que lo que Dios dice. ¡Es muy triste eso!

Evalúe sus conceptos y honre a Dios.