¡Divertirme o no!

¿Seré el hazmerreír si no me divierto?

¿Seré hortera, si no soy popular?

Estos y muchos otros pensamientos pasan en las mentes de las jóvenes, y terminan involucrándose en relaciones que no funcionan, y siendo heridas. Otras, deciden entregarse al primer chico que conocen, creyendo que es el hombre de su vida.

Esto, en el mundo exterior. Hablaremos más de este tema en otro momento.

Ahora, vamos hablar de nosotras, que hemos dejado la vida vieja, para vivir una nueva.

¿Y por qué voy hablar de este asunto?

Porque es el tema más discutido en los últimos encuentros que tuvimos con las jóvenes.

Y también es el paso más importante, después de nuestra vida con Dios.

Pero vamos paso a paso…

Hoy vamos a hablar de ti, joven, que estás pensando en empezar una relación, o que ya la has empezado, y te das cuenta de que estás en un barco con “agujeros”.

1º paso:

Antes de pensar en una relación, primero debes pensar cómo está tu relación con Dios, para no desviar tu objetivo. No creas que porque eres de Dios, estás libre de que aparezca alguien en tu camino para engañarte.

Lo que más he visto en los días de hoy, son jóvenes, aparentemente firmes con Dios, que se dejaron llevar por una mirada diferente, un elogio y o una “canción” o “ligar”… Eso fue suficiente para desestabilizar su fe, perder el objetivo y desistir.

No te dejes llevar por una simple mirada, o un elogio, ¡¡tu vales más que eso!!

Analiza, presta atención, usa la razón, no se evalúa a nadie para una relación, solamente por la “fe”, diciendo: “ ¡Ah, es de Dios, entonces va a salir bien! “ Va mucho más allá que eso.

La semana que viene, hablaremos sobre el motivo por el cual muchas jóvenes son engañadas, por alguien que, aparentemente, también es de Dios.

Un abrazo y hasta entonces.