Cuarentena – Dia 15

“ Bienaventurada la que creyó que tendrá cumplimiento lo que le fue dicho de parte del Señor” ( Lc.1:45 )

Este versículo lo dice todo: ¡¡¡Para ti que crees!!!

Quien dice que cree, no se queda indiferente a la verdad sobre sí mismo… Comienza a perseguir su blanco y permite que el Espíritu Santo haga lo que debe ser hecho en tu interior.

Quien cree, se lanza sin reservas y lo pone en práctica en su día-a-día, todo lo que ha oído.

Muchas personas han visto algunas cosas en su vida, porque dieron pequeños pasos, pero si no hay una práctica constante… de nada les servirá.

Las promesas ya fueron hechas por Dios. Pero, a partir del momento que yo tomo conocimiento y permanezco en la emoción, nada se resuelve.

Pero quién se lanza, traerá a la existencia lo que ya fue prometido.

¡Su bendición ya existe! La única cosa que la retrasa, es la duda; aquello que “sientes”.

¿Sabes lo que hago para resolver esto? Pienso de la siguiente forma:

¡Sentir es pecar!

Todas as veces que soy tentada a “sentir”, yo me acuerdo de esta frase… recuerdo que eso es pecado. Y aquí, sustituyo el “sentir” por el “creer”.

Yo sé que parece fácil decir esto, pero lo difícil es practicar…

Pero, mientras vivimos en la Tierra, somos propensos a pecar, y el hecho de sentir es lo que nos debilita y nos impide creer.

El creer, en nada se relaciona con lo que vemos.

Ya el “sentir”, sí…

Se trata de lo que vemos, lo que hallamos, pensamos y sentimos. Se basa en los 5 sentidos.

Mi madre siempre me enseñó que no debemos apoyarnos totalmente en nuestras ideas y sentimientos. Aquello que siento, no dicta las normas. Así, “siempre” estoy desconfiada de mí misma; vigilo…

¡Es así que yo gano!

Lo que sentimos, puede parecer un “globo”, que va subiendo… subiendo…

¡Queremos dejar de “sentir ” y no lo conseguimos!

Entonces, ¿Cómo venzo el sentimiento?

¡La única forma de conseguirlo, es reaccionando!

Porque en nuestra perspectiva, pensamos que estamos haciendo lo mejor; que somos sinceras; que tenemos razón y el derecho de sentir todo aquello…

Nunca consideramos que estamos “equivocadas”… ¡Nunca!

Y así jamás dejamos de “sentir”. El “globo” continúa a subiendo… y subiendo…

Entonces, para y afirme: “¡No, yo ya no voy a sentir!”

Básate, en lo que está escrito en la Palabra de Dios: Si guardo lo que está escrito, voy a creer en eso, pero, si guardo lo que siento, eso es que generará mi vida.

Entonces aquí hay una separación: ¡Yo guardo lo que creo, y no lo que siento!

¿Quién vence?

¡El más fuerte!

¡Si sientes más, el sentimiento vence! Pero si piensas; si haces uso de la fe inteligente, entonces empezarás a vivir por lo que crees, y no por lo que sientes.

Tienes que ver esas situaciones como oportunidades…

¡Estas imperfecciones que vivimos, es lo que nos permite estar aquí y hablar contigo en este momento!

Por eso no te transmitimos simplemente una historia, sino vida; experiencias.

Si yo ya lo viví y vencí, tu también puedes vencer, ¡a través del mismo tipo de fe! La fuerza está dentro de ti!

Las dificultades, los imprevistos y los desafíos que has vivido, así como toda la verdad con la cual te has deparado a tu respecto, no pasan de oportunidades para creer!!.

Si no te encontrase con esos problemas, ¿cómo creerías?

¡¡Es justamente en las dificultades cuando aprendemos a creer!!

¡Tu problema, no es un problema sino una oportunidad más!