- 10
- Abr
- 2013
Ayuno – Día 18
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Espíritu Santo – Visión
“Y sucederá en los últimos días – dice Dios – que derramaré de mi Espíritu sobre toda carne; y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; y aún sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré de mi Espíritu en esos días, y profetizarán.” (Hechos 2:17,18)
Al leer estos versículos, me quedo “burbujeando” por dentro. Es una alegría tan grande, porque transmite definición, y no hay duda.
El Espíritu Santo es una oportunidad para todos. Y, cuando Él desciende, no hay hijos inmaduros, que no estén aptos para profetizar.
Y ¿qué es profetizar? ¡Es hablar de lo que está escrito! No es adivinar el futuro, como afirman determinadas sectas evangélicas.
Siempre que uso la fe, igual que los héroes bíblicos del pasado, estoy profetizando. Y, para esto, no existen niños, o recién llegados a la Iglesia. La fe y nuestra comunión con Dios, nos da libertad para transmitir esta certeza a los demás.
¡Incluso porque el Espíritu no es dado por medida!
“…vuestros jóvenes tendrán visiones…”
Ser joven, normalmente significa tener muchos sueños. Entonces, ¡¿por qué visiones?! La visión presupone una iniciativa para traer a la realidad algo que no existe. Requiere actitudes para su concretización. Ve más allá y tiene percepción de la realidad.
El Espíritu de Dios nos rejuvenece; renueva nuestras fuerzas. ¡No hay niños, jóvenes, adultos o ancianos, que les impida hacer uso de este Espíritu!
“…y aún sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré de mi Espíritu en esos días, y profetizarán.”
¿Por qué se refiere a siervos y siervas?
Tú que eres mujer y afirmas que tienes que quedarte “resguardada” a la sombra del pastor o de la esposa, de tu marido, etc., esperando la decisión de los demás… ¡No!
Él derrama Su Espíritu para que prediques las buenas nuevas, independientemente de terceros. Transmitir aquello que “hierve” dentro de ti.
Esto, claro, ¡si eres bautizada con el Espíritu Santo!
Tal vez no sea porque no hay una afirmación, una certeza ni siquiera una seguridad en relación a tu Salvación. Esta duda es una señal de que realmente, no eres bautizada con el Espíritu Santo.
Los bautizados tienen la certeza, la dirección, no se intimidan delante de sus condiciones. No miran a los demás ni los imitan.
¿A quién estoy imitando para llevar este mensaje hasta ti? ¿A quién el Obispo Macedo imitó para comenzar la Iglesia Universal?
No hay imitación. ¡El Espíritu Santo tiene visión! Te hace soñar.
Yo también tengo sueños: El sueño de que tu te hagas un “Obispo Macedo”; una “Viviane”.
Estarás diciendo: “¡Qué convencida!”. Pero te lo digo, porque el Espíritu Santo nos da la certeza que aquello que está en nuestro interior, no es inseguridad; no es un desvalor propio, sino alegría, porque Aquel que habita en mi, tiene la respuesta para tu cuestión.
Hay personas que tienen varias preguntas y cuestiones, sin dirección para proseguir…
¡¿Dónde está el Espíritu Santo?!
Yo también tuve varias cuestiones, pero las sometí a Dios. Yo tengo el Espíritu de Él, Le pregunto, y Él habla conmigo.
El problema es que hay personas que no se dan a conocer a Dios. Por eso no profetizan; no tienen visión, o sueños en la Obra de Dios.
Pero, sobre este asunto, ¡hablaremos mañana!
Mantente conectada.
Andrea
29 marzo, 2014 a 22:2
Sra Viviane:
Es muy fuerte lo q Ud. aqui escribe., La certeza de la Salvación es algo personal, creo q cada uno sabe cual es su «estado» delante de DIOS, independientemente de lo q el mundo crea y vea, a mi me llega lo q está aquí escrito, al punto de ser revelada..
Bendiciones!