Ante la fe práctica ¿Tú te presentas o huyes?

Viviane Freitas

  • 10
  • Dic
  • 2014

Ante la fe práctica ¿Tú te presentas o huyes?

  • 10
  • Dic
  • 2014

Hola a todos los internautas.


¿Estás preparado? Me gustaría saber un poco de vosotros que estáis participando de la Campaña, como también de ti, que has oído los audios, siguiendo lo que hemos hablado.

No puedo hablar personalmente con vosotros, ¡pero podéis escribir aquí en el Blog!

“Y sucedió que después de muchos días, la palabra del SEÑOR vino a Elías en el tercer año, diciendo: Ve, muéstrate a Acab, y enviaré lluvia sobre la faz de la tierra.Y Elías fue a mostrarse a Acab. Y el hambre era intensa en Samaria.”(I Reis 18:1,2)

Tú que has acompañado desde el principio sobre Elías, sabes que la primera vez que él se presentó a Acab fue para decirle que ya no llovería. Y ahora después de tres años, después de la multiplicación de la harina y del aceite, de haber traído a la vida al hijo de la viuda, habiendo pasado tanto tiempo, Dios le dijo que nuevamente se presentará a Acab.

Y ¿qué es lo que entiendo con esto? Que usamos nuestra fe, enfrentamos el problema y odiamos el pecado y el mal, o el trabajo del diablo, pero tal vez tengamos miedo a volver para presentarnos a quien “odiamos”. Porque aquel clima es tenebroso, aquella “nube negra” está entre nosotros y el individuo. Pero observa que nuestro Dios, el Dios de Israel, nos incentiva y enseña, trabaja e invierte en nosotros cuando no dice que nos enfrentemos a los problemas. ¡Él no permite que no quedemos acomodados! Él hace que haya en nosotros una dependencia de Él.

Y así fue… Elías partió para presentarse a Acab, y el hambre era extrema. El problema que Elías provocó era enorme, se agravó, porque el hambre ya era algo extremo en Samario.

Observa que aquello que fue profetizado al Rey Acab, ¡aconteció! Su palabra fue dicha y hecha, porque tenia Espíritu. Y lo que me llama la atención es que nuestra palabra tiene que ser firma. Porque observa: Nosotros hablamos y podemos profetizar, así como podemos “jugar” y no tomárnoslo en serio, no nos comprometemos; no seremos personas de palabra. Y así se pone en tela de duda nuestra “reputación”, no por orgullo, sino porque debemos resguardar y preservar aquello que es serio.

Debemos colocar nuestra “barbas en remojo”, porque nosotras, mujeres, normalmente hablamos mucho e incluso de cosas sin pensar, de aquello que el corazón está lleno. Por eso existe la necesidad constante de vigilar, para cuando tengamos que afrontar los problemas, los resolvamos en nuestro interior, siendo firmes en nuestras palabras.

No huyas de tus compromisos, de tu palabra; sea esta “si, si; no, no”, Lo que pase de esto no viene de Dios, sino del maligno. Preséntate, no huyas, sino resuelve, ¡porque este es el Espíritu de Dios y esto es lo que Él nos pide!

¡Un fuerte abrazo para vosotras y hasta el viernes!

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1 comentário

  1. mi palabra debe ser confiable , y debe ser si si – no no .
    así sea señora, debo ser mujer de Dios con palabra confiable.

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