Episodio 97 – Sus actos dan testimonio de usted

Episodio 97 – Sus actos dan testimonio de usted

Hablando de actos, obra, hechos, trabajos, actividades, ¿qué podemos decir sobre nosotros?

Usted trabaja, tiene sus tareas, actividades, hechos que hablan respecto a usted, así como el Señor Jesús. Él vino y Sus actos testificaban a Dios.

Encuentro muy interesante la forma en la que Jesús habló con los judíos que dijeron que Él les dejaba sus almas en la duda. Ellos pidieron que el Señor Jesús dijera abiertamente que Jesús era el Cristo, ungido.

«Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que Yo hago en nombre de Mi Padre, ellas dan testimonio de Mí.» Juan 10:25

Toda obra que hacemos, todo lo que ejecutamos habla de lo que estamos haciendo o en nombre de quién, en consecuencia, de quién. ¿Acaso por orientación de alguien? ¿Acaso estoy haciendo eso porque mi padre me lo mandó, mi madre me lo mandó, mi familia quiere que lo haga?

El Señor Jesús está diciendo que Él hizo esas obras en nombre de Su Padre, es decir, el Padre Le había otorgado autoridad, permiso, para hacer lo que Él estaba haciendo, para que esa obra testificara que Él es un hijo obediente, fiel y humilde.

Jesús dijo:

«… Pero vosotros no creéis, porque no sois de Mis ovejas, como os he dicho.» Juan 10:26

Los judíos, no todos, pero los que preguntaban, que indagaban al Señor Jesús, si Él era el Cristo, no formaban parte de las ovejas del Señor Jesús porque ellos no creyeron.

En otras palabras, las ovejas del Señor Jesús creen, aceptan, acatan la voz del Señor Jesús.

Jesús siguió diciendo:

«Mis ovejas oyen Mi voz, y Yo las conozco, y Me siguen…» Juan 10:27

¡Muy lindo! Las ovejas del Señor Jesús escuchan Su voz.

Eso dice mucho de nosotros, por ejemplo, usted va a la iglesia, lee la Biblia, ora, habla de Jesús, sin embargo, si no escucha la voz del Señor Jesús, no ha sido oveja, porque esa voz habla en nuestro intelecto, Él habla y no hay duda.

Cuando el Señor Jesús habla conmigo a través del Espíritu Santo, Él me habla, me convence, me muestra el error, la justicia. El Señor Jesús habla claramente y, cuando Lo escucho, acato, recibo esa advertencia, esa disciplina, esa corrección, estoy mostrando, revelando que soy Su oveja.

Ahora, le pregunto: ¿acaso sus actos testifican que usted es una oveja?

¿Acaso usted hace sus obras, sus trabajos, sus actividades, sus hechos en nombre de Dios, en nombre del Señor Jesús? ¿Es decir, en obediencia, en cautela, en sumisión al Señor Jesús? ¿O hace como le parece, a su manera?

Las ovejas siguen al Señor Jesús, aceptan Su orientación, ponen al Señor Jesús como su pastor, su guía, su Dios.

Y es interesante porque lo que el Señor Jesús dice aquí también me orienta, yo hago la obra de Dios, escucho Su voz. Mientras escucho a personas que hablan de sí mismas, durante la atención o en una conversación, inmediatamente noto quién es oveja del Señor Jesús, porque, naturalmente, ellas hablan de esa voz, esa voz que las guía, y es algo tan espontáneo, tan bonito que las escucho.

Incluso logro escuchar Su voz en lo que terminé de leer, en mi día a día, cuando medito en la Palabra de Dios, viene la voz de Dios hablando, haciéndome recordar Sus palabras, y eso es muy bueno, ¡tan maravilloso! Porque no me siento sola en una responsabilidad que Él me otorgó, no me siento desamparada, perdida, ansiosa, ¡no! Tengo al Señor Jesús como mi pastor, mi guía, eso es fundamental para todos los que aceptan al Señor Jesús como su pastor.

Jesús dijo así:

«Y Yo les doy Vida Eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de Mi mano.» Juan 10:28

Vea que esas ovejas escuchan la voz del Señor Jesús y el Señor Jesús las conoce. Ellas Lo siguen, y Jesús les da la Vida Eterna, y nunca perecerán, porque acatan la voz, aceptan la orientación y la disciplina.

Y la pregunta que hago es: ¿Acaso usted es indefinido en su fe? ¿Anda perdido? ¿Está siempre escuchando o haciendo las cosas en nombre de otras personas porque no escucha la voz del Señor Jesús, del buen pastor? ¿Acaso este es su caso?

Así es, si usted está en esta situación, sin rumbo, sin dirección, vive perdido, vive inseguro, vive del pasado; su pasado está en su presente constantemente, y lo está hace muchos años. Usted no lo soluciona, no deja ir sus ofensas, las personas que le ofendieron, vive amargado, incluso, sus palabras prueban a quién usted escucha, a quién obedece, como dijo Jesús: «Las obras que hago en nombre de Mi Padre Me testifican», así como Sus obras dicen el nombre de quién es su padre, y también lo testifican, si su padre es Dios o si su padre es el diablo.

«Viviane, ¡no diga eso!»

Pero tengo que decirle la verdad, la verdad que libera.

¡Hablarle de una manera amena para agradarlo no solucionará! Usted tiene que saber la verdad para decidir lo que quiere.

Si usted aún no es la oveja, necesita acercarse al buen pastor.

Porque Él dijo que existen ovejas que aún no están insertadas en Su rebaño, pero ellas escucharán Su voz y formarán parte de este. ¿Usted permitirá que esto suceda? Ahí está, la decisión es suya.

Jesús dijo:

«Mi Padre que Me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de Mi Padre. Yo y el Padre uno somos.» Juan 10:29-30

Aquel que escucha la voz del pastor, que es el Señor Jesús, se hace uno con Él.

Si usted obedece, acata, inmediatamente, tendrá paz, porque está haciendo aquello para lo que fue creado.

La función de todos los seres humanos, en Su creación, es ser uno con Dios, es ser hijo.

Cuando obedecemos, hacemos justamente aquello para lo que fuimos destinados a hacer, a ser hijos de Dios, y no por un momento, sino constantemente, para siempre, ¡y nadie puede quitar a esos hijos de la mano de Dios!

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