Episodio 95- ¿Por qué el Padre me ama?

¿Por qué Dios Padre ama a Su Hijo Jesús? ¿Qué hace Él para agradar a Su Padre?

Nosotros, seres humanos, somos imperfectos y lo sabemos, pero también podemos usar nuestra fe para agradar a nuestro Padre, que es Dios. Entonces, veamos qué hace Jesús para agradar a Su Padre.

Jesús dijo así:

«También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán Mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.» Juan 10:16

Jesús estaba diciendo que hay ovejas que aún no forman parte del redil, en el que Él es el pastor. Sin embargo, también aclara que traerá a esas ovejas a Su pasto, a Su redil, donde escucharán Su voz. De esta manera, habrá un rebaño y un pastor.

Jesús siguió diciendo:

«Por eso Me ama el Padre, porque Yo pongo Mi vida, para volverla a tomar. Nadie Me la quita, sino que Yo de Mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de Mi Padre.» Juan 10:17-18

El Padre ama a Jesús poque Él busca hasta a las ovejas que aún no están en el redil para llevarlas a Su rebaño. Es decir, Jesús no retiene, trabaja para eso. Que lindo, ¿verdad? Es muy lindo de la parte de Dios, de la parte del Señor Jesús, trabajar para sumar más ovejas. ¿Por qué? «… porque Yo pongo Mi vida, para volverla a tomar.»

En otras palabras, Jesús estaba diciendo así: «Mi Padre Me ama porque Yo sumo ovejas a Mi pasto, porque doy Mi vida por ellas. Nadie tiene la autoridad de quitarme la vida, no serán los religiosos ni los políticos, Yo mismo lo permitiré y Me entregaré por ellas».

Jesús era amado por Su Padre porque, por Su propia voluntad, por Su propia decisión, entregó Su vida por amor a nosotros.

Tal vez usted nunca fue amado por nadie, pero Jesús lo amó. Él dio la vida, incluso antes de que pensará en Él. Dio Su vida por usted, pero solo será una oveja de Su redil cuando comience a escuchar Su voz. Mientras se resista, no será sumada a Su pasto.

Jesús dijo esto y seguramente no les agradó a los oyentes, porque Él estaba decidido a dar y a pagar las consecuencias de esa entrega por personas esclavizadas, así como nosotros, que éramos esclavos del pecado. Jesús compró nuestra alma, nuestra vida, pero es nuestra decisión aceptar Su voz y obedecerla.

Cuando usted tiene una fe definida, sabe hacia dónde va, sabe quién es, porque sabe de dónde Jesús lo sacó, el trabajo que Él ha hecho en su vida y el que aún hará. Además, sabe hacia dónde va, porque mira hacia su objetivo, es definido en su fe.

Jesús, con Su definición, de dar Su vida para rescatar a otras personas del infierno, de la muerte eterna, produjo una discusión, una división entre los judíos:

«Volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras. Muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué Le oís? Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos? Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno…» Juan 10:19-22

En una fiesta, todo el mundo quiere ser agradable, quiere ser incluido en ese grupo de personas, sin embargo, Jesús estaba allí de «piernas para arriba», distraído, pero con un objetivo definido. Ese es el verdadero amor, definido, que mira hacia su objetivo.

Gracias, Señor Jesús, por esa fuerza, ¡por esa disposición para entregarte por nosotros!

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