Episodio 89 – Conciencia, fe y resultado

Episodio 89 – Conciencia, fe y resultado

Ya nos encontramos con nuestra propia persona en varios aspectos y vimos nuestras fallas, nuestras imperfecciones, pero ¿y Dios? ¡En Él no hay imperfección!

Aunque surjan pensamientos en nuestra mente de que Dios Se olvidó de nosotros, de que no somos importantes para Él, todas esas ideas y pensamientos no condicen con lo que la Palabra de Dios nos revela sobre el Señor.

¿Usted ya leyó la Biblia? ¿Ya buscó guardar los pensamientos de Dios?

Es muy fácil juzgar y decir quién es Dios, pero ¿usted se ha encontrado consigo mismo, ha observado quién ha sido? Todos nosotros somos conscientes de lo que es correcto y de lo que es incorrecto, tenemos fe, una seguridad sobre algo, ¿y cuál ha sido el resultado?

Bien, en los tiempos de Jesús, ¿recuerda a aquel ciego de nacimiento que fue curado, y a los judíos que estaban muy enojados por eso? Ellos decían así:                 

«Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés; pero respecto a ese, no sabemos de dónde sea. Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos. Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace Su voluntad, a ese oye.» Juan 9:29-31

Aquel ciego de nacimiento había escuchado sobre Dios, era consciente de que Dios no escuchaba a pecadores, es decir, Dios no atendía a los injustos que querían seguir en el pecado, pero, si alguien fuera temeroso, si alguien considerara a Dios e hiciera Su voluntad, Él lo escucharía, es lo que él les decía a aquellos hombres que estaban tan enojados.

«Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. Si este no viniera de Dios, nada podría hacer.» Juan 9:32-33

Aquel joven estaba seguro, no estaba enojado porque las personas no aceptaban su cura, él miró hacia el valor que le dio Jesús. Y, si Jesús hizo lo que hizo, Él es de Dios y Lo teme. Y fue así como los judíos Le respondieron:

«Tú naciste del todo en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron.» Juan 9:34

Ellos se ofendieron porque aquel ciego había alcanzado la cura, porque él había nacido ciego y ahora les daba vida a los que lo juzgaron, que estaban enojados, que lidiaban con su propio orgullo de no aceptar a Jesús.

Ese hombre fue expulsado a causa de su fe, pero él estaba bien.

«Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, ¿para que crea en Él?» Juan 9:34-36

Muy lindo, ¿no?

En otras palabras, «el Señor me curó, el Señor fue usado por Dios, yo quiero saber quién es Él para que yo crea. Estoy listo, y no hay problema con el resultado que tuve con las personas, lo que importa es el resultado que el Señor me dio, ¡y yo quiero creer!»

«Le dijo Jesús: Pues Le has visto, y el que habla contigo, Él es. Y él dijo: Creo, Señor; y Le adoró.» Juan 9:37-38

Vea que la conciencia, la fe, no está mirando hacia las circunstancias, hacia las personas que lo rodean, si aceptarán o no. La conciencia, la fe y el resultado viene porque usted es sincero, y quiere alcanzar la vida, no quiere vivir en la injusticia, no quiere quedar dentro de una prisión.

Cuando usted comienza a ver los resultados que Dios hace, no quiere quedar a merced de que las personas lo acepten o no, ¡lo que quiere es entregarle la vida a Aquel que lo valoró!

Por eso, el joven que era ciego y fue curado creyó en el Señor Jesús y Lo adoró.

Cuando usted comienza a notar sus pecados y a tomar como suya la responsabilidad de pedir perdón, de ejercitar la fe, de cambiar, de enojarse con su propia injusticia y hacer uso de una fe humilde, que acepta la disciplina y moldearse a la verdad, usted se vuelve aquel ciego que pasó a ver.

«Dijo Jesús: Para juicio he venido Yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.» Juan 9:39

Hay quienes ven sus pecados, los acepta y no se enojan con estos, incluso se sienten ofendidos cuando alguien habla de sus errores, pero no se sienten ofendidos por la injusticia que practican.

Aquel ciego de nacimiento, ciertamente, ya escuchaba hablar de Dios, ya Lo temía, pero tenía un problema, sus ojos físicos no veían. Sin embargo, cuando Jesús lo curó, él no solo vio lo que no veía antes, esa maravilla de tener acceso a todos los detalles de la vida, sino que comenzó a ver lo espiritual.

Jesús ya había curado a muchas personas, pero no todas admiraron lo que Dios había hecho.

Cuando usted admira, respeta, acepta, no se enoja, ni se avergüenza, ¡tampoco se siente inseguro por lo que los demás piensan!

Cuando usted acepta lo que Dios hace, y honra, respeta, valora lo que ha recibido, paga el precio que la fe demanda.

«Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos? Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; más ahora, porque decís: “Vemos”, vuestro pecado permanece.» Juan 9:40-41

Ellos se enojaron porque se dieron cuenta de que estaban cegados, pero no quisieron asumir su condición. ¡Por eso el pecado permanecía en ellos!

Una cosa es que usted vea y rechace lo que ve, otra es que vea y acepte la justicia, la verdad, sea humilde y se moldee a esa verdad, a lo que es correcto y justo.

Cada uno decide lo que acepta: la verdad, que es Jesús, o la mentira.

Escuche y comparta la serie:¿Quien es Dios? ¿Quien es usted?

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1 comentário

  1. Que hermosa palabra ,nos hace reflexionar,quien es Dios? Para mi es el creador,del universo ,y siempre sanando , curando, transformando ,vidas,su poder esta vigente ,a diario nos sorprende con su amor ,con su palabra ,fiel y verdadera,por eso doy gracias a El, por haberme rescatado y abierto mis ojos ,mi mente a traves de las enseñanzas,de sus siervos en la universal .toda honra y gloria es para el Padre,Hijo, y Espiritu Santo.

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