36º día – Jesús dice quien es Falso y quien es Verdadero

Viviane Freitas

  • 15
  • Jul
  • 2014

36º día – Jesús dice quien es Falso y quien es Verdadero

  • 15
  • Jul
  • 2014

“Pero cuando sus hermanos subieron a la fiesta, entonces El también subió; no abiertamente, sino en secreto. Por eso los judíos le buscaban en la fiesta y decían: ¿Dónde está ése? Y había mucha murmuración entre la gente acerca de El. Unos decían: El es bueno. Otros decían: No, al contrario, extravía a la gente. Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de El por miedo a los judíos. Pero ya a mitad de la fiesta, Jesús subió al templo y se puso a enseñar. Entonces los judíos se maravillaban, diciendo: ¿Cómo puede éste saber de letras sin haber estudiado? Jesús entonces les respondió y dijo: Mi enseñanza no es mía, sino del que me envió. Si alguien quiere hacer su voluntad, sabrá si mi enseñanza es de Dios o si hablo de mí mismo. El que habla de sí mismo busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero y no hay injusticia en El.“ (Juan 7:10-18)

Aquellos que estaban en medio de la multitud, murmuraban, unos diciendo que Jesús era bueno, otros, que engañaba la pueblo… pero todos dejaban algo bien claro: Nadie lo decía abiertamente.

Las personas, cuando hablan mal, normalmente lo hacen por “detrás”. No les gusta asumirlo delante de los demás, ni siquiera delante del propio individuo, motivo de la crítica.

Si es alguien que le gusta hablar mal de las demás personas, es imposible ser una persona verdadera. Cuando tenemos un problema con alguien, debemos hablar delante de la persona en cuestión, incluso antes de citarlo a terceros. ¡Esto es lo más justo!

Aquellas personas no encaraban a Jesús por causa de los judíos, una vez que, ciertamente, los perseguían. El motivo por el cual muchos no hablan abiertamente acerca de lo que opinan o piensan, es porque no quieren enfrentarse y resolver el problema.

A veces, es una duda que tienes acerca de otra persona la cual sentándote y conversando se resuelve. Pero, si hablas con otras personas, o juzgas, perderás credibilidad, porque nadie confiará en ti. Así como hablas de terceros, también puedes hacerlo de la propia persona con quien lo comentas. Entonces ¡no eres conveniente!

¿Crees en Jesús, sacrificas, crees en la justicia de Dios? Entonces, ¿por qué te quedas murmurando y hablando por “detrás”? En realidad, cuando haces esto, te estás escondiendo, ¡viviendo en las tinieblas! Cuando asumes, resuelves y encaras de frente el problema, no volverás con la falta de resolución en tu cabeza. Por lo contrario, ¡todo será aclarado!

Amigos internautas, estad atentos a los comentarios que hacen, porque la boca habla de lo que el corazón está lleno. Si hablas por “detrás” es porque el corazón está lleno de sentimientos malditos y malos ojos hacia otra persona.

“ Mi enseñanza no es mía, sino del que me envió. Si alguien quiere hacer su voluntad, sabrá si mi enseñanza es de Dios o si hablo de mí mismo.”

Al hablar de Dios, enseñándote a invertir en tu comunión con Él, procuramos que el Padre, Dios, sea glorificado.

Aquello que recibí de mi Padre y ocurrió dentro de mi, no es una información, sino algo justo. Porque ocurrió en mi, quiero que tengas la misma oportunidad, de esta experiencia gloriosa, entre tú y Dios.

Y si has participado todos los días de está Cuarentena, es de suprema importancia que oigas, o acompañes un artículo cada vez, y no dos, por ejemplo al día. Esto es porque tienes que aprender, meditar y aplicarlo en tu día a día.

Y tu comentario puede ser mucho más eficaz, cuando hablas de ti. La prueba, es que cuando saben un “pedacito” de mi vida, ¡os quedáis súper felices! Porque queréis ver testimonio. Y así, también yo quiero ver: testimonio de tu fe, de tu creencia, de lo que Dios habla contigo. No sólo las informaciones o lo que aprendiste, sino lo que vas a poner en práctica a partir de hoy. Esto es lo más importante.

Cuando lees la Biblia y meditas, percibes como vas a poner en practica lo que leíste, trayéndolo a tu día a día, y no reteniéndolo como una información, transmitiéndola, de la misma forma a las personas. Porque, así transmitirás sólo una doctrina, sin ninguna experiencia. Podrán eventualmente, incluso haberte tenido como falso, porque hablas de algo que no estás viviendo.

Nadie es perfecto, pero cuando traemos la Palabra de Dios a nuestra vida, está empieza a ser verdadera en nosotras.

Cuando hablo de Jesús, no transmito una información, sino que procuro que el Padre tenga esa gloria, motivando una relación entre la persona y Él, para que así, ella sea salva. Es todo lo que en la Iglesia Universal buscamos y queremos: que las personas tengan una unión con Dios, haciéndose independientes en su fe.

Y lo que quiero de ti, internauta, es que no transmitas apenas información.

Al principio, cuando leías la Biblia, quería que Dios hablase conmigo, copiaba el versículo y marcaba los puntos. Esto me permitía acordarme con más facilidad, para aplicarlo en mi día a día. Fue así como desarrollé mi relación con Dios: recordando y trayendo a la existencia esa Palabra a mi vida.

Si quieres, deja tu comentario, ¡pero habla acerca de lo que es real, de lo que estás viviendo, planeando, proyectando y que vas a efectuar!

Un fuerte abrazo para todos. Mañana estaremos de regreso.

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